La Revelación de la Gran Pirámide de Keops
LA PIEDRA ANGULAR
Por: Víctor Callirgos
En estos tiempos Dios nos recuerda su nombre revelado y a la vez divinamente ocultado a través de las épocas humanas a las grandes mayorías, gracia excelsa que ahora tiene por finalidad la salvación del hombre como nos fue enseñado en Jesús, de modo que cada cual apercibiéndose de tan maravillosa puerta de luz, la abra y construya en sí mismo el Templo del Dios Vivo, conquistándose una Casa Eterna por medio de su Santo Nombre.
Ya en Las Escrituras se nos da a conocer la tarea del Verbo, como dice: "La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la cabeza del ángulo" (Salmos 118.22). Para revisar Salmos es necesario remitirse a la versión de Reina-Valera de las sociedades bíblicas unidas, toda vez que la iglesia católica ha enrevesado para su particular interés el libro de salmos, a fin de evitar que la gente lea por ejemplo el Salmo 115, que señala que todos los hombres que adoran o veneran, que es lo mismo, a ídolos que no oyen ni caminan ni hablan, son semejantes a ellos, ciegos y sordos que caerán en el hoyo. No lo afirmo yo, así está escrito.
Refiriéndose a la Gran Pirámide, también encontramos: "En aquel tiempo habrá un altar para Yo soy en medio de la tierra de Egipto y un monumento a Yo soy junto a su frontera. Será por señal y testimonio a Yo soy, Señor de los ejércitos, en la tierra de Egipto" (Is.19.19). Y, probablemente, por historia, entendamos que si en un inicio, Egipto fue un proyecto hacia la reconexión o retorno de la conciencia humana a la divina, algo sucedió que se dejase constancia bíblica con el texto: "Engañaron a Egipto los que son la piedra angular de sus familias, Yo soy mezcló un espíritu de vértigo en medio de él, y extraviaron a Egipto en toda su obra" (Is.19.13).
Pero abría de llegar el momento del restablecimiento: "Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta Casa, y sus manos la acabarán. Así conocerás que Yo soy me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces, se alegrarán al ver la plomada en la mano de Zorobabel" (Zac.9-10). Y termina afirmando: "En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria, para bendición en medio de la tierra, porque Yo soy los bendecirá diciendo: Bendito sea Egipto, pueblo mío; y Asiria, obra de mis manos; e Israel, mi heredad" (Is.19.25).
"La piedra angular que representa a Jesucristo, falta en la Pirámide para mostrar que la Humanidad se ha comportado contrariamente al plan ideal del Gran Arquitecto y que la "Restitución de Todas las Cosas" sólo será realizada cuando haya sido reconstruido el plano ideal. Será el propio Gran Arquitecto quien coloque de nuevo la piedra angular-capital (Cristo) en la punta de la Pirámide y la llegada de la Humanidad a la Cámara del Rey indicaría quizá que el plazo de los tiempos está en vísperas de concluir. La denominación "Presencia literal del Amo de la Muerte y de la Tumba", aplicada por el Libro de los Muertos a la Cámara del Rey, cuyo umbral en 1936, constituye por lo menos una indicación turbadora si pensamos que concierne al Mesías, "Amo de la Pirámide" y Cristo resucitado" (Los Secretos de la Gran Pirámide, de Georges Barbarin, pág., 232).
"El Resucitado se levanta de la Tumba Abierta y, dando un paso hacia Oriente, se queda en el plano vertical de Armonía Divina. De esta forma, el Mesías, debe encontrar a la Humanidad en este plano, Humanidad definitivamente orientada por su Encarnación en la carne... El plano vertical Norte-Sur es el símbolo de la Armonía Divina y la cima de la Pirámide es el símbolo del Mesías. El misterio final sobreviene cuando la tumba de la Cámara del Rey se abre y el cuerpo es llevado a la inmortalidad: "Te saludo a Ti Padre de Luz, que nos dices cómo el cuerpo de Aquel que es Santo no verá corrupción... Yo todo entero soy como mi Padre, el Dios que se ha engendrado a sí mismo" (ibídem, pág. 230).
Entendamos, pues, que el Mesías es el Nombre Salvador "Yo soy", Piedra Angular en Sión Rahma, Santísimo Monte de la Eterna Verdad, Ciudad de Dios, por tanto el Hijo (a todos digo), bien hará en afirmar: ¡Yo soy la Piedra Angular de Sión Rahma, Santísimo Monte de la Eterna Verdad, Ciudad de Dios! Confirmando que efectivamente el Nombre Santísimo es la Piedra Angular.1º
Esta información tiene también relación con lo citado por Sixto en su Carta desde Alemania, que los invito a releer, recordándoles que al amanecer del 24 de noviembre yo soñaba con Sixto, quien me manifestaba haberme enviado una carta, la cual yo abría supuestamente después de tiempo de haberla recibido, y luego la trataba de unir porque estaba rota en varias partes, de su interior saqué varios folletos, incluso una especie de dibujo de pulmones (todo esto no estaba roto), sólo la carta-sobre, que entendí entonces como el cuerpo de Osiris. |