La estupa Boudhanath es uno de los templos budistas más sagrados de Nepal,
y pa ra algunos el equivalente de la Meca en el Budismo en el Mundo.
Ubicado a unos 10 km del centro de Katmandú, Boudanath atrajo
principalmente a muchos monjes tibetanos que escaparon de China tras la
revolución de Mao, y cuyas túnicas carmesí destacan en un vecindario
surrealista, repleto de monasterios, tiendas, bandeloras multicolores,
muchedumbres y cánticos, fragancias de incienso y alguna que otra vaca
sagrada. Este crisol cultural, histórico y religioso es
Patrimonio cultural de la UNESCO desde 1979.
Vistas del vecindario que rodea al monumento.
LAS ESTUPASUna estupa o stupa es un monumento budista que proviene de un montículo de tierra,
forma que tenían las antiguas tumbas en Asia. Y es que en las primeras estupas se guardaban las reliquias de Buda, y hoy se siguen guardando de manera simbólica. Las primeras estupas se
construyeron en el siglo III a.C. por el rey indio Ashoka, y de allí se
expandieron por el Asia.
Una estupa está compuesta de 5 elementos, cada uno de los cuales representa
uno de los elementos cósmicos: una base cuadrada (tierra), una cúpula
semiesférica (agua), una aguja cónica (fuego), una luna creciente
(aire) y unos discos concéntricos o chakras. Se dice que también era
una forma abstracta de representación de Buda coronado y meditando
sobre un trono, ya que en un principio y hasta el contacto con
Alejandro Magno y la cultura helénica, las representaciones
antropomórficas del Buda estaban prohibidas (ver un ejemplo de una
escultura temprana de Buda aquí, en el
Museo Miho, Japón).
En China, Corea y Japón la estupa evolucionó como pagoda, que aunque con forma diferente comparten los 5 elementos simbólicos.
En este moleskine hemos reseñado anteriormente algunas estupas importantes, como en
Ayutthaya, Tailandia y en
Borobudur, Indonesia. Esta última comparte con Boudhanath el patrón geométrico del mandala.
HISTORIA DE BOUDAHNATHLa más grande estupa de Nepal tiene un origen incierto, pero la mayoría la
datan del reinado del rey Manadeva (464-505) o Sivadeva (590-604).
Cuenta la leyenda que una pobre mujer se acercó al rey a pedirle un
terreno para hacer una estupa. El rey le dijo que le daría el terreno
que quepa dentro de una piel de búfalo. La mujer, entonces, cortó la
piel de búfalo en delgadas tiras y con ellas circundó una gran área
donde ahora se asienta Boudanath.
Este lugar se encontraba en la ruta entre el Tibet y Katmandú, por lo que
históricamente ha habido una gran relación entre ambos pueblos. Luego
de la invasión del Tibet en 1959, miles de tibetanos huyeron a Nepal y
muchos se asentaron en esta zona, que se halla repleta de monasterios.
Vistas del vecindario. Coloridas casas rodean al monumento.
CONFIGURACIÓNBoudhanath presenta la configuración de una estupa tradicional. Como es común en las mandalas tibetanas, Boudanath presenta cuatro Budas en los puntos
cardinales, además de un quinto ubicado en el centro. Esto es también
representativo de los 5 elementos.
La base está compuesta por tres grandes plataformas en forma de cruz que
van decreciendo en tamaño, como una pirámide escalonada.
Luego, dos plataforma irculares soportan la gran cúpula de la estupa.
Recorrer esta blanca semicircunferencia fue para mí una experiencia inusual, ya
que en la mayoría de estos monumentos el acceso está restringido (en
casi todas las religiones).
Alguna vez caminé sobre la cúpula de una iglesia, pero fue una experiencia
diferente. Era como estar "fuera" de algo, y no "en" algo. Además,
aquella vez era obvio de que se trataba de una situación excepcional, y
requerí del permiso del párroco. Aquí era sin embargo una experiencia
cotidiana, algo que todo el mundo puede hacer, y se espera que lo haga.
Las enormes proporciones de la estupa permiten recorrer sus superficie,
sentarse, contemplar el entorno construido o las majestuosas montañas
nepalís, o simplemente acercarse y tocar el pináculo sagrado.
Vista desde la gran semiesfera, desde donde se pueden ver otras estupas menores. Sobre el vecindario se proyecta la gran sombra del monumento.
Precisamente esta torre es el elemento más distintivo de Boudhanath, un gran monolito de color dorado, decorado con representaciones simbólicas.
En la base cúbica que sostiene a esta torre piramidal se halla la
omnipresente figura de un para de ojos azules, que miran no sé si son
severidad o con placidez, y que se repiten en las cuatro caras de la
caja. Entre ellos, en vez de nariz, y con la forma de una oreja o un
signo de interrogación, se encuentra el carácter que en nepalí
significa "1" y que representa la unidad.
Luego se yergue la pirámide dorada de 13 pisos, simbolizando la escalera a la iluminación.
La torre es coronada con un baldaquín dorado, revestido de telas de colores, principalmente amarillo.
Finalmente el monumento se corona, a 36 m de altura, con una aguja dorada, que como dijimos, simboliza el éter.
Del baldaquín nacen radialmente una serie de banderolas multicolores, que
si bien en un principio sugieren un aire de fiesta patronal, no tarda
uno en darse cuenta de que cumplen un propósito más que decorativo:
estas piezas de tela contienen mantras y oraciones, tan importantes
como los vitrales en las catedrales góticas.
El impacto urbano de la estupa en su vecindario y en el propio paisaje es enorme, aunque al acercarse peatonalmente por la entrada ubicada al
norte no se perciba en su real magnitud.
Vista de la entrada desde la estupa. Nada fuera de lo común.
En una rara y afortunada ocasión, tuve la oportunidad de fotografiar a
Boudanath desde la ventana del avión, que es una perspectiva que
seguramente los boddhisattvas o ángeles celestiales deben disfrutar a
menudo.