El Mecanismo de Antikitera publicado en 10/08/2005 Autor: Kentaro Mori
¿Por qué los antiguos griegos no desarrollaron una revolución industrial? Éste es uno de los más intrigantes enigmas de la historia, una vez que sabemos que ellos alcanzaron altos grados de sofisticación en ciencias como la matemática y la astronomía. Uno de los ejemplos más citados del avance de la ciencia griega antigua es la estimación de la circunferencia de la Tierra realizada por Eratóstenes alrededor del 200 a. C. Uniendo una ingeniosa medida de las sombras con conocimientos matemáticos, su error fue de apenas algunas centenas de kilómetros.
Una de las teorías que explicaría esta falla de los griegos sugiere que aunque tuvieron genios tan grandes no había el número suficiente como para sustentar una revolución científica y tecnológica. O quizá no querían aplicar sus grandes abstracciones al mundo real, no se sabe si por desdén al trabajo manual en una sociedad esclavista con amplia numerosa de obra.
La teoría parecería razonable, si no fuese por el descubrimiento al inicio del siglo XX del más complejo instrumento tecnológico de la antigüedad conocido hasta hoy: el mecanismo de Antikitera. Este artefacto aislado, como una especie de piedra Rosetta de la ciencia y la tecnología, permite que tengamos acceso a toda una historia que nunca pensamos que existiera.
ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA El descubrimiento del notable mecanismo comenzó en 1900. El buzo Elias Stadiatos tuvo una sorpresa: a una profundidad de poco más de 40 metros en el mar próximo a la pequeña isla griega de Antikitera, vio lo que, aterrorizado, describió a su capitán como “un monte de mujeres desnudas y muertas”. Lo que Stadiatos había visto debieron ser en verdad estatuas de bronce, apenas parte del magnífico tesoro que permaneció perdido por casi dos mil años cuando un navío mercante griego se hundió en las aguas de la región.
El artefacto más valioso recuperado de este cargamento pasó inicialmente inadvertido. Cuando lo retiraron de las aguas, era algo como una caja de madera carcomida, de tamaño aproximado a una caja de zapatos. Debido a las precarias condiciones, el objeto pronto se deshizo en pedazos, pero por otro lado esto permitió que quedaran expuestos algunos engranajes, y el artefacto pasó a ser conocido como el mecanismo de Antikitera.
Las inscripciones en griego permitían fecharlo de forma aproximada, y tal fecha coincidía con la de otros objetos encontrados en los destrozos del navío. El mecanismo de Antikiter
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