El Té Blanco El elixir de la juventud existe hace siglos. Se trata de un té que brota en las montañas chinas de Fu-jian, a 6.000 metros de altitud y hasta hace poco ha estado vetado a la mayoría de los mortales. Se le conoce como Té blanco.
Se produce a escala muy limitada en China y en Sri Lanka. Las yemas nuevas se recolectan antes de que se abran, se dejan marchitar para que se evapore la humedad natural y a continuación se desecan. Las yemas rizadas presenan un aspecto plateado (a veces se las denomina Silver Tip) y de ellas se obtiene una infusión de color pajizo muy pálido.
Desde la Dinastía Song (420 AC), este té especial fue reservado a los emperadores de China. Si cualquier otra alma inferior intentaba apropiarse un poco de té blanco, lo pagaba con su vida.
Todavía hoy es una exquisitez. Sólo se recolecta uno o dos días al año, normalmente en primavera, y en unas condiciones un tanto particulares. Se escoge una luz sombreada, una temperatura de 18º C y se va recogiendo el primer brote de las ramas más tiernas. Estos brotes están cubiertos de un vello blanco, de ahí su nombre.
Posteriormente se realiza la selección definitiva de las yemas, llegando solo a aprovecharse 3 kilos de una recolecta de 25. Su tiempo de secado puede llegar a prolongarse hasta tres días. No sufre ningún proceso posterior. Este tratamiento mínimo es lo que lo diferencia de los otros tipos de té y mantiene sus beneficios tan concentrados.
Suma de beneficios:
Además de aliviar el cansancio, deleitar la mente y fortalecer la voluntad, los emperadores chinos lo consideraban el elixir de la inmortalidad.
Es un poderoso aliado contra la retención de líquidos, activa la circulación de la sangre, oxigena la piel y anima el espíritu.
Un consejo, guarda un tacita de té blanco para aplicarla como tónico facial. Después de una exfoliación cierra los poros, deja la piel aterciopelada, tersa y luminosa. Y no sólo eso, puedes utilizarlo como potenciador del bronceado, ya sea natural o artificial, porque después de una sesión bronceadora potencia el color. Eso sí, aplícalo encima de la correspondiente protección solar.
Lo cierto es que este té contiene unos niveles extraordinarios de polifenoles, tres veces más que el té verde, que se encargan de mejorar las defensas del organismo y suprimir la actividad oxidante de los radicales libres. Incluso un instituto americano lo está estudiando por su supuesta actuación contra el cáncer. Y los expertos dicen que tiene el poder antioxidante de 12 vasos de zumo de naranja.
Dosis, preparación y precio:
De color claro y sabor ligeramente afrutado, lo recomendado es consumir tres tazas diarias. Una en el desayuno, otra antes o después de la comida y una última antes de acostarse, sin miedo a que nos desvele porque es un té muy bajo en cafeína, aclara José Merino, experto en té y dueño de la casa especializada
Su preparación no tiene misterio, se calculan dos cucharadas de té por taza, se pone a hervir agua y justo antes de que comience su ebullición se retira del fuego y se vierte encima del té. Antes de tomarlo debe reposar de cinco a diez minutos. Con leche de almendras o con miel está más dulce, aunque para disfrutar plenamente de sus propiedades es mejor tomarlo sólo. ¡Ojo con las imitaciones!
También en cosmética:
Desde enero de 2002 también podemos disfrutar del té blanco como loción para el rostro gracias a los laboratorios Estée Lauder. A Perfect World White Tea Skin Guardian, de Origins, es una emulsión ligera y sedosa que crea un escudo impenetrable sobre la piel, salvaguardándola del estrés, la contaminación y otros agresores medioambientales.