Un día apareció sobre la isla de Citerea, una doncella de una belleza nunca antes presenciada sobre la faz de la Tierra, Las Horas, que la recogieron del agua, la llevaron entonces hasta el Olimpo, todos los dioses al verla quedaron deslumbrados por tanta belleza y solicitaron a Zeus su autorización para desposarla, pero el supremo dios sólo le concedió esta dicha a su hijo Vulcano, debido a que éste inventó el rayo, sin embargo Venus no se sentía satisfecha con este amor, quizás porque recibía muchas atenciones de todos los demás dioses, y Vulcano era desafortunado con su cuerpo, cojeaba y casi siempre andaba sucio debido a su trabajo. De esta manera Venus le entregó su corazón a un joven cazador llamado Adonis, pero como siempre ocurre en estos casos, su amor duro muy poco, un jabalí destrozó a su amado en su última cacería. Venus corrió al lugar donde yacía Adonis, y cubriéndolo de néctar, apareció al momento una bella flor, la triste doncella para solventar su pena le pidió a su esposo que lo devolviera a su lado, fue así como Vulcano le concedió que le podía acompañar durante seis meses en al tierra y otros seis meses en el infierno, y Adonis desde ese tiempo formó parte de los dioses del Olimpo. |