Los tres aspectos de la mente
por Aart Jurriaanse
La mente puede subdividirse en tres aspectos:
1. La Mente Concreta Inferior, que es el principio razonador – la mente receptiva. Es el 'sentido común' y es el aspecto más elevado de la naturaleza de la forma. La mente inferior es el canal a través del cual son transferidas la iluminación y la impresión de las fuentes espirituales a los tres mundos inferiores de la existencia humana. Por una concentración demasiado intensa en sus propias actividades puede, sin embargo, retardar u obstruir el flujo descendente de inspiración de los planos superiores, y así dificultar el efecto potencial de la iluminación del alma. Sólo cuando la mente concreta se tranquiliza y alcanza el equilibrio y la estabilidad, penetrará la luz de fuentes superiores en el cerebro y estará disponible para servir a la humanidad.
Cuando las actividades de la mente inferior son demasiado frenéticas, estas energías pueden dominar a la personalidad hasta tal punto que se erigirán barreras entre la persona en cuestión y otras vidas, y que sólo puede rectificarse cuando se introduce el factor amor, suavizando y luego reemplazando la facultad mental: "la mente separa, y el amor atrae" – la mente crea barreras que el amor debe derribar.
La mente concreta inferior guarda dentro de sí todo conocimiento adquirido. Una vez que alcanza su equilibrio a través de la meditación, se vuelve receptiva a la iluminación del alma, y puede finalmente convertirse en el faro del alma. A través del trabajo creativo consciente finalmente se relaciona con la 'mente abstracta'. Una de sus cualidades destacadas es el discernimiento, que le permite distinguir entre la ilusión y la realidad y entre el Ser y el no-ser, entre lo espiritual y lo material. La mente inferior es de una naturaleza pasajera y se disuelve en el etérico con la desaparición de la personalidad.
2. El Hijo de la Mente, también conocido como el Ego, el Alma, el Ángel Solar o el Principio Crístico. Es el principio de la inteligencia – la mente individual. El Hijo de la Mente es el aspecto relacionado con el mundo de las ideas, y por tanto la facultad constructora de patrones, o aquella parte de la mente que trabaja con los esquemas sobre los cuales se modelan las formas. Es la misma Alma. Sintetiza dentro de sí la esencia extraída del conocimiento acumulado en vidas pasadas, y que luego se manifiesta como la luz de la sabiduría. A través del servicio dedicado trae a la actividad el Plan divino en los tres mundos de realización humana. Se le hace funcionar por medio de la meditación, y luego controla y utiliza para sus propios fines a la personalidad consagrada, a través de la mente iluminada. Es eterna en tiempo y espacio.
3. La Mente Abstracta Superior es la custodia de ideas y la portadora de iluminación a la mente inferior, una vez que la mente inferior está alineada con el alma. Por tanto 'la mente iluminadora'.
La mente abstracta es el aspecto más bajo de la Tríada Espiritual. Es la transmisora de energías espirituales, y refleja la naturaleza divina innata a través del amor, la comprensión y la inclusividad. Representa la intuición o la razón pura, que para el hombre es el aspecto más elevado de la mentalidad. Es la facultad que permite al hombre entrar en contacto con la Mente Planetaria, y entender los primeros trazados del Plan, contemplar ideas divinas, o aislar alguna Verdad fundamental y pura. Cuando es desarrollada completamente, sintetiza en sí misma el Propósito de la Deidad, haciéndose entonces responsable del emerger del Plan.
La mente abstracta es llevada al funcionamiento consciente a través de la construcción del Puente del Arco Iris'. Estos tres aspectos de la mente son finalmente unidos por este 'puente de luz', que se construye por la meditación, el estudio, la comprensión y el servicio amoroso, que conduce al trabajo creativo. Los discípulos en preparación deben aspirar a:
– Alinear la mente y el cerebro, a través de una comprensión de la constitución interna del hombre, y particularmente del cuerpo etérico y de sus centros.
– Construir el puente entre el cerebro, la mente y el alma, produciendo así la personalidad integrada, a través de la cual el alma interna puede expresarse.
– Edificar el puente entre la mente inferior, el alma y la mente superior, para abrir un canal para el flujo efectivo de ideas e impresiones de los niveles espirituales a la personalidad.
Este proceso 'puente' consiste por tanto en salvar distancias entre las partes integrales del hombre y suministrar un lazo entre el hombre y su entorno, y así con el Todo más amplio. Requiere el foco constante de la conciencia en su inmediato vehículo superior o nivel de conciencia despierta, y de esta manera avanzar progresivamente en el sendero de la evolución espiritual. |