La Dama del Lago es la figura más fascinante de los mitos y leyendas de Bretonia. Todos los bretonianos, tanto caballeros como plebeyos, respetan y honran a la Dama del Lago. Para los caballeros es la diosa del honor y la virtud, la que siempre favorece a los valientes e ignora a los cobardes. Para los campesinos es un ángel protector, un espíritu sobrenatural que da vida a los campo de cultivo, a las huertas y a las viñas.
La adoración a esta diosa se remonta a tiempos muy antiguos, hasta la edad de piedra de nuestros antepasados. En los límites de Bretonia, en las Montañas Grises, y en los pueblos y ciudades existen otros dioses, como los del Imperio, que han conseguido atraer algunos adeptos, pero los extensos territorios rurales del interior de Bretonia, la Dama del Lago todavía reina omnipresente.
La Dama del Lago tan sólo se muestra en la verdes profundidades de la campiña bretoniana, aparece en aquellos lugares en que la energía de la tierra fluye hacia la superficie, inundándola. Esta energía es visible en forma de una cambiante niebla o vapor blanco. La Dama del Lago aparece de las profundidades de lagos y lagunas, de torrentes de agua dulce, del interior de arboledas o de antiguos círculos de piedras construidos por nuestros antepasados.
Pocos son los privilegiados que pueden ver a la Dama, por lo que aquellos que la han visto son considerados seres especialmente favorecidos. Tan sólo aquellos cuya devoción, valor y gran virtud hayan conmovido a la Dama serán honrados con su presencia.
La Dama siempre aparece en lugares remotos y aislados, normalmente en el interior de un bosque o junto a lagos de montaña. Sólo aquellos que están dispuestos a afrontar grandes peligros tienen alguna posibilidad de verla. La creencia popular asegura que cualquiera que busque a la Dama sólo la encontrará si ella le guía mediante sueños o visiones.
A aquellos que la han visto la Dama del Lago se les ha aparecido como una mujer de excepcional belleza. Surge majestuosamente del lago o flota hasta el interior de la arboleda sobre la cambiante niebla. Es tan radiante como la luna y habla con gestos más que con palabras. En sus manos lleva un rebosante cáliz lleno de luz líquida: el Santo Grial. La Dama se aproxima a sus elegidos y les acerca el Grial a los labios, permitiéndoles beber de su energía mágica, con resultados milagrosos.
La Dama del Lago ha sido buscada y encontrada muchas veces a lo largo de la historia de Bretonia. Cada uno de estos encuentros tiene su lugar en las leyendas, enriqueciéndolas un poco más. A lo largo de los siglos las leyendas sobre la Dama y el Grial han constituido la religión dominante en Bretonia, fundándose Santuarios del Grial en todos los pueblos
La Dama y el Grial son fundamentales en el Código de la Caballería. Aunque el Código y las reglas de Honor se basaron en la tradición guerrera están muy influenciadas por las leyendas de la Dama del Lago. Es ella la que recompensa el honor y la virtud. Buscar el honor es una devoción hacia ella que finalmente se verá recompensada con su favor. Se cree que un caballero que muera habiendo servido y honrado a la Dama todos los días de su vida, se convertirá en un ángel vengador a su servicio durante toda la eternidad.
El máximo honor de la caballería en Bretonia es recibir el favor de la Dama del Lago. Un caballero que este preparado para emprender la búsqueda de la Dama puede conseguir encontrarla y beber del Grial, convirtiéndose en un guerrero prácticamente invencible. Estos caballeros defienden su honor y su virtud ante la humanidad, y protegen la bendita tierra de Bretonia, en la que habita la Dama. Los caballeros no permitirán que el mal profane sus lugares sagrados o los ofenda con su presencia.
El cáliz mágico de la Dama no es como cualquier otro objeto mágico. Ningún ser vivo puede robarlo ni poseerlo. De vez en cuando los Caballeros Andantes regresan con antiguas copas doradas encontradas en viejos monumentos funerarios o que brillaban en el fondo de algún lago. Estos objetos no consiguen engañar a los Caballeros del Grial, que han visto el autentico y saben como es. Estos falsos griales son denunciados y aquellos que los encontraron deben reanudar su búsqueda o caer en desgracia.
Por toda Bretonia pueden encontrarse capillas dedicadas a la Dama del Lago y al Grial. Estas capillas son llamadas Santuarios del Grial, y normalmente han sido levantados cerca de un lugar donde la Dama haya aparecido, en un pueblo o incluso en el interior de un castillo. Muchos de estos santuarios son fundados por caballeros que buscan el Grial o que ya lo han encontrado.
Muchos de estos santuarios están en lugares remotos, ocultos en un bosque junto a un lugar sagrado. Han sido construidos a los largo de toda la historia del reino, y algunos incluso son anteriores a la época de Gilles el Bretón.
Algunos de estos santuarios han sido olvidados o están en ruinas, cubiertos por la vegetación. Esto se produce sobre todo en zonas que han estado ocupadas por el enemigo y en las que se pierden los archivos de la localización de santuarios. Muchas veces estos santuarios son reencontrados por los Caballeros Andantes, a veces guiados hasta allí mediante sueños o visiones. En estos santuarios suelen ser buscados por los Caballero Andantes, ya que a menudo están en zonas en las que la Dama ha aparecido alguna vez.
A veces un Caballero del Grial puede decidir convertiste en un Caballero Ermitaño, protegiendo un santuario y las reliquias que se guardan en el , así como los restos de algún Caballero del Grial enterrado en él, frente a los saqueadores de tumbas que buscan todo aquello que pueda serles útil. A menudo estos saqueadores son skaven o no muertos que se llevan incluso los restos del caballero para sus malignos rituales. Por suerte la pureza de los restos de los Caballero del Grial es tal que no pueden sucumbir al mal y son incorruptibles.
Con el paso del tiempo algunos nobles han ampliado algunos santuarios; estos reciben el nombre de Abadías del Grial, y pueden contener tal cantidad de reliquias que sea necesario construir defensas a su alrededor y cuente con varios Caballeros Ermitaños. También es normal que en estas abadías haya grupos de mujeres llamadas Doncellas del Grial, que dedican su vida a la Dama del Lago. A menudo se trata de hermanas de caballeros que al no poder emprender la búsqueda del Grial expresan así su devoción. Sus misiones fundamentales son cuidar de los heridos tras las batallas, dar refugio y alimentos a los Caballeros Andantes y cuidar de las necesidades espirituales de los campesinos, bendiciendo campos, expulsando diablillos de los pozos y hornos del pueblo, etc.