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Por Julek Heller. |
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Por Denton Lund. |
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Este artículo forma parte de una serie de artículos sobre Merlín. Ha sido elaborado por Iolair Faol. Si teneis alguna duda, o quereis poneros en contacto con él, su email: iluscan@yahoo.es
La realidad sobre las fuentes originales de tan singular personaje son tan complicadas y múltiples como vagas e indefinidas. El Merlín que con más acopio recogemos y conocemos es una amalgama de personajes históricos reales y legendarios en cuanto al mito se refiere. Sus personalidades son tan variadas como sus disciplinas y habilidades: bardo, druida, profeta, anacoreta cristiano, loco, rey guerrero, mago, sabio astrónomo etc.
Ciertamente y una vez más, al igual que ocurre con el rey Arturo, hemos de retroceder hasta las leyendas celtas antiguas, incluso a aquellas que un día fueron paganas para intuir sus orígenes. En el País de Gales, se escribieron y existen diversos poemas que tratan de un personaje llamado Myrddin. Las referencias sobre este Myrddin, que aumenta el mito provienen de un poema inserto en el “Libro Negro de Caermarthen” compilado en el año 1200 de nuestra era, que alude a elementos acaecidos entre los años 850 y 1050 de la misma. En este poema Myrddin aparece como un excéntrico perturbado que habita en los bosques escoceses de Caledonia. Existen no obstante, un total de seis poemas, que dejan rastros y huellas de este primitivo Myrddin. Tres de esos poemas están insertos en Libro mencionado con los siguientes títulos “Affallenau”, “Hoianau” y “Cerdito y el diálogo de Myrddin y Thaliesin”, y otros dos insertos en el “Libro Rojo de Hergest” (compilado posteriormente sobre el 1400 de la era común) con los títulos de “Las conversaciones de Myrddin y su hermana Gwenddyd” y “La canción entonada por Myrddin en la tumba” y el sexto con la etiqueta “La juventud exigente” (“Peirian Faban”, en galés). En todos estos poemas el personaje de Myrddin se halla presente, como es lógico suponer, en un orbe celta del siglo VI de nuestra era.
Estos relatos nos hablan de una batalla, en la que participa nuestro mítico protagonista, conocida como la de Arfderydd, ocurrida en el 573 (era común). En el mencionado combate, Myrddin luchando junto a su señor Gwenddolau contra las tropas de Rhydderch, sufrieron una derrota bélica que a él le provocó una demencia, y huyó a los bosques de Celydon, en los cuales se mantuvo escondido de su enemigo durante 15 largos años y alimentando a la vez la pasión que le provocaban los manzanos silvestres. Rydderch, además de su enemigo, era también su cuñado, pues éste se hallaba casado con su propia hermana Gwenddydd.
En Escocia e Irlanda, zonas celtas por excelencia, existieron otras leyendas que muestran a personajes de conductas y pautas similares pero con otros nombres o apodos en nada parecidos al patronímico de Merlín. Sin embargo, fueron tenidos en cuenta en la recopilación de referencias que hizo el escritor galés Geoffrey de Monmouth que fue el que lanzó a nuestro personaje a la fama mundial y del que hablaremos posteriormente.
De esta manera, encontramos a un tal Lailoken, que predice la muerte de un rey llamado Rederech. Posteriormente, Lailoken se siente culpable de todas las muertes ocurridas en una indeterminada batalla, enloqueciendo y retirándose a vivir en el interior de los bosques. Las reseñas sobre este personaje aparecen en las siguientes obras “En la vida de San Kentigern” del siglo XIII y en la composición “Lailoken y Kentigern” copiada en el siglo XV. Una tercera obra “Lailoken y Meldred” es continuadora de la anterior historia y desarrolla, además, las causas de la muerte de Lailoken.
Si acudimos a Irlanda, observamos que existen 3 relatos sobre un hombre muy similar al Myrddin galés. Este es, Suibhne Geilt, rey de Dal nÀraide que tras perder una batalla llamada de Moira o “Magh Rath”, se desequilibra y con su locura se refugia en los bosques, como su análogo galés. Las obras que hacen mención al tal Suibne fueron tituladas de la siguiente manera “ El banquete de Dúin nan nGéd” (“Fled Duin na nGéd”), “La batalla de Moira (Cath Maige Rátha”) y “La locura de Suibhne”(“Buile Suibhne).
Estas son las reseñas más primitivas que nos han llegado sobre legendarios individuos parecido a Merlín. G. Monmouth recopiló estas leyendas y luego las refundió para crear su propio personaje. Evidentemente en estas leyendas nada y nadie asocia a estos prematuros “merlines” con el rey de las sagas artúricas, Arturo, ni con todo el universo que posteriormente se desarrollaría. Sólo en la obra atribuida, al parecer, falsamente a Nennius. (Nennius, es el nombre latinizado de Nynniaw, un monje galés del siglo IX, que recopiló datos de los siglos V y VI), “Historia Brittonum,” recopilación anterior a la intervención de G. Monmouth, se habla de un profeta llamado Ambrosius, que siendo niño resuelve el misterio de la torre que siempre se derrumbaba, cuando la ordenó erigir un tal rey Vortigern. El misterio que desentrañó Ambrosius, adivinaba un estanque subterráneo ocupado por dos enormes gusanos (“vermes)”( Montmouth los cambió luego por dragones).
Pero además de Nennius o Nynniaw hay otras versiones celtas de autores desconocidos que corren con matices semejantes a las otras transcripciones. En una, Merlín es hijo de una vestal cristiana y de un cónsul romano, que vivó en el siglo V bajo el reinado de Ambrosius Aurelianus. En otra es un jefe de los cambrianos del siglo VI que mató a su sobrino en la batalla de Arderiz, lo que lo volvió loco huyendo a refugiarse en la paz y armonía de los bosques.
Y lo aquí expuesto principalmente, y en forma de resumen, es lo que tenemos del mito, leyenda o historia de famoso Merlín, hasta la publicación de la obra del ya mencionado escritor galés Geoffrey de Monmouth. A partir de esta obra, las artes y las características de Merlín como personaje se van conformando gradualmente, con apo
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