Toca a la puerta
Muchos de nosotros hemos visto la pintura de Cristo que lo representa llamando a la puerta de una casa con las siguientes palabras inscritas debajo de la figura: "Mira que estoy a la puerta y llamo". Pero hay otra historia detrás de la pintura de ese cuadro.
Cuando el artista lo terminó de pintar, llevó a su pequeño hijo a su estudio: Hijito - le dijo - tu papito acaba de pintar éste cuadro. Te gusta? El muchachito lo miró seriamente por unos momentos. "Oh, sí, dijo el chiquillo, es muy bonito pero has cometido un error papito. Te has olvidado de algo". "¿He cometido un error... me he olvidado de algo? ¿Dime qué fue lo que olvidé y dónde está el error que cometí?" "Bueno", respondió el hijo triunfalmente, "te olvidaste de colocar una perilla en la puerta, pero está en la parte de adentro".
El Señor ha dado el gran regalo de la libertad. La opción de decir sí o no a todo. Jesús, como en el cuadro, nos dice: "Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguien escucha mi voz y me abre, entraré a su casa, yo con Él y él conmigo" . Jesús, como todo un caballero, toca y espera y no se cansa de esperar que le abramos ... ¿Por qué no pruebas y abres la puerta de tu corazón para que Jesús entre a morar contigo? |