¿Alguna vez te has preguntado qué es eso de tener buena o mala suerte? Sin duda alguna vez te habrás preguntado a ti mismo, porque esa persona que tú conoces parece tener una suerte asombrosa en todo lo que hace. Ese personaje que aparece siempre durante algún periodo de nuestra vida bajo la apariencia de amigo, compañero de trabajo, conocido o vecino, parece ser dueño de todos los talismanes del mundo para conjurar las fuerzas del destino y conseguir que todo, absolutamente todo, le salga bien. Y claro, por muy generoso que seas, a veces debajo de esa observación se oculta un puntito de envidia por la buena suerte del otro y cuando menos te lo esperas asoma las orejas un desalentador pensamiento que te dice que tu nunca podrás conseguir lo mismo por mucho que te esfuerces, porque, sencillamente no tienes suerte. Las comparaciones siempre son odiosas, y quizá lo son más que nunca cuando uno mismo se compara con otra persona que, aparentemente, parece disfrutar de todos los vientos favorables del universo. Si alguna vez te ha asaltado la sensación de que no tienes suerte, te sugiero que no te quedes ahí. Es importante dar el siguiente paso y formularse esta pregunta que tiene algo de desafío:
¿y porqué no?
Eso es exactamente: no hay nada, absolutamente nada que te impida ser una persona afortunada. DEPENDE DE TI. En tus manos están las riendas para dirigir tu caminar por la vida. |