¿Alguna vez has querido algo en tu vida? Algo en que poner todo tu corazón, en ese logro.
¿Qué pasó cuando finalmente lo has logrado?
¿Existe un torrente de adrenalina?
¿Una sensación de triunfo? Y luego, ¿qué pasó?
Lo más probable es que hayas comenzado a trabajar hacia un nuevo objetivo.
Tal vez algo más difícil que lo que has logrado. Parece que no importa lo que logremos, nunca es suficiente. Siempre hay algo más.
¿Tienes el coche de tus sueños? Ahora necesitas dos.
¿Por qué siempre estamos esperando algo más?
La mayoría de nosotros pasamos toda nuestra vida en espera. Se nos ha convertido en una costumbre, que incluso cuando las cosas que estás esperando (la promoción, el matrimonio, los hijos), finalmente llegan, no somos capaces de disfrutarlas en su totalidad - y estamos ya demasiado ocupados esperando otra cosa (jubilación, las vacaciones, el divorcio) esto se debe a que en realidad no sabemos lo que queremos.
Creemos que lo que queremos son cosas, pero en realidad, queremos sentirnos satisfechos. Creemos que queremos algo que vendrá en el futuro, pero en realidad, simplemente no queremos hacer frente a nuestra realidad y aceptar el momento presente.
. El resto es especulación y una ilusión, pero es aquí, en el presente donde la vida es en realidad vivida. Si no somos capaces de abrazar la perfección de este momento, somos incapaces de disfrutar de la vida. En realidad, no importa lo mucho que podamos lograr materialmente; si somos ricos o famosos, pero si no puedes estar presente, ahora, sólo has logrado una forma más cara de miseria.
La riqueza material está sobrevalorada. No estoy diciendo que haya nada malo con eso, sólo que nunca es suficiente. Vivimos nuestras vidas como si estuvieramos en una carrera, persiguiendo la proverbial zanahoria en el infinito.
¿Qué es tan malo acerca de lo que tenemos ya? Cuando estamos realmente presente, nos damos cuenta de que la respuesta es… nada.
Nos damos cuenta de que, en realidad, no estamos corriendo hacia la felicidad, si no que estamos huyendo de nosotros mismos, y que lo que no queremos encarar en este momento es a nuestra propia insatisfacción.
Pero el problema es que, no importa donde vayas, allí estarás. Tú siempre estarás contigo mismo. Puedes acumular logros, pero hasta que no vayas hacia adentro y comiences a abordar esta separación que sientes dentro de tí, tu sed jamás será saciada.
Intenta esta semana volver a tí cada vez que te encuentres escapándote o atrapado en el afuera, para profundizar tu experiencia del momento presente.
ISHA