Hay algunas personas que no pueden entrar en ese espacio sagrado del corazón porque al hacerlo sienten mucho dolor y eso les fuerza a dejarlo inmediatamente.
Aquellas personas que han tenido experiencias traumáticas negativas y que han marcado intensamente su vida son vulnerables y les cuesta muchísimo entrar en ese espacio sagrado.
Y también nos topamos con el miedo, miedo a lo desconocido. Cuando en realidad ese espacio sagrado somos nosotros mismos libres y con toda nuestra esencia.
Otra causa por la que muchas personas no pueden acceder a ese espacio, son las expectativas a “ver” y la verdad es que se puede “ver” de muchas formas, con el olfato, con el tacto etc, etc. ¡¡Dejémonos fluir!!.
Entremos en el silencio... Cuando retomas ese contacto con el corazón, vemos de lo real de las imágenes que el corazón nos desvela y empiezas a experimentarlas y, poco a poco el miedo disminuye, se disuelve y comienza todo a ser “uno” para empezar a crear.
Los antiguos, las escuelas iniciaticas, nos enseñaron que antes de cualquier ceremonia , o cualquier trabajo, debes conectar primero con tu espacio sagrado, con tu corazón.
|