¿Desgracia tras desgracia? Tal vez, pero el autor de “El arte de no amargarse la vida”, Rafael Santandreu (Oniro) las prefiere llamar adversidades.
El cómo se reacciona es lo que marca la diferencia entre una y otra, porque las alternativas, según el psicólogo español, son simplemente aceptar la realidad o convertirse en un ser rabioso, gruñón y amargado porque las cosas no son como uno quisiera que fuera.
Es que para no amargarse la vida y hacer un juicio exacto sobre lo que sucede se requiere talento, dedicación, perseverancia y sobre todo, cambiar la forma en que se responde cuando aparecen esos “malos momentos”.