Un estudio publicado en Evolution and Human Behavior y realizado con
700 voluntarios, concluye que los rasgos de la cara indican cierta
tendencia a determinadas conductas sexuales: cuanto más
masculinos son ellos,
mayor promiscuidad. Los rasgos masculinos son mandíbula cuadrada,
ojos pequeños y nariz grande. Según los autores del estudio,
las hormonas sexuales podrían intervenir en la estructuración
de los rasgos faciales.
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