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Tiene problemas de acné, lucha contra la celulitis y ve como sus piernas están llenas de estrías. Así es la muñeca capaz de quitarle el trono a Barbie.
Una mujer real de medidas auténticas. Así es como se presenta Lammily, la muñeca que tiene las mismas proporciones que las que tienen, de media, las jóvenes norteamericanas de diecienueve años.
En marzo, cuando era tan sólo un prototipo, su creador Nickolay Lamm confesaba que "no estaba seguro de conseguir la inversión suficiente para hacer una muñeca real accesible a todos los públicos". Su presupuesto era de 95.000 dólares. Ocho meses después, Lamm ha conseguido ganar más de 500.000 dólares y su muñeca es todo un éxito de ventas en Lammily.com.
Lamm, como a ella le gusta que la llamen, empieza a tener ya numerosos accesorios. Desde ropa y complementos, hasta pegatinas para customizar cada muñeca con purpurina, tatuajes e, incluso, con acné. Porque Lamm es una chica como nosotras. Lucha contra la celulitis o se cae al suelo en una de sus sesiones de running. Y, para simular esas heridas de guerra, también tiene pegatinas.
"Cada cuerpo es diferente, por lo que no deberíamos aspirar a un único ideal estándar" insiste su creador, que desde que lanzó al mercado su muñeca quiere promover unos cánones de belleza muchos más cercanos a la realidad. Es por eso que, en el futuro, no descarta crearle amigas a Lamm que representen, por ejemplo, las diferentes etnias. Una forma que, aseguran desde GoldieBlox, ya está cambiando el diálogo de las niñas durante sus juegos, pues como todo, lo importante es educar.
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