Se disipó la niebla,
el deseo nos dio libertad,
la entrega… sentimiento.
Tu cuerpo transversal
fue altura, fue ofrenda.
Caricia, unidad, eternidad.
Nos donamos con verdades
sin litigios ni dramas.
En este instante,
mi mano en tu rostro
recorre el único camino
…el del amor.
Siento algo sublime y perfecto.
Cerca, en solemne albura
el destino versa el epílogo:
“Sol y luna,
cielo al eros.
Lava al fuego,
agua al océano.
Dos cirios, mera luz
…infinito verdadero”
En esta inefable sencillez
de ser y ser feliz
nunca dejes de respirar
y hazlo siempre cerca de mí
donde mi alma te pueda sentir.
P-Car
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