A la hora de elegir el destino de vacaciones, muchas personas
optan por lugares que les permitan estar en contacto con la naturaleza
gracias a
la paz y bienestar que ella nos brinda. Al optar por esta
opción, será posible establecer contacto o avistar diversos animales
silvestres en su
propio hábitat. Sin embargo, también podríamos
encontrar otros fuera de su ámbito natural para someterlos a prácticas
dolorosas a
cambio de un beneficio económico.
Sucede que muchos turistas aman a los animales, pero sin saberlo, deciden contratar servicios que esconden el maltrato y la crueldad.
Dentro de la industria turística, podemos encontrar tigres encadenados para ser fotografiados, el abuso
de animales para funciones de entretenimiento, como delfines utilizados en acuarios u orangutanes para shows de boxeo
o serpientes expuestas como si fueran una mercancía.
Es
importante que todos seamos conscientes de estas prácticas. Sin duda,
es hermoso nadar con un delfín, montar un elefante o tocar a
un tigre recién nacido, pero ¿son éstos comportamientos naturales de los animales o son resultado de algo que va contra su libertad?
Si pensamos en el efecto multiplicador que tienen estas
prácticas, veremos que miles de animales son expuestos a actos que van
en contra de su
bienestar. El lado positivo, es quenosotros como turistas, podemos generar uncambio. Para lograrlo, es importante:
No perturbar el hábitat natural de los animales.
No consumir servicios que pongan en peligro sus vidas.
No contratar excursiones o shows que estresen al animal (como nadar con delfines, montar elefantes, fotografiarse con animales encadenados
o que han
sido alejados de su espacio natural, presentaciones en circos).
Procurar excursiones de turismo responsable, como por ejemplo el
avistaje, que no impliquen sacar al animal de su entorno natural y
familiar.
Es importante que todos seamosresponsables, pues el bienestar de
los animales, depende de nuestras elecciones y actos. Debemos estar
informados,difundir el
mensajeentre nuestros allegados y explicarles por
qué no es bueno alentar estas prácticas, que aunque sean muy comunes,
no hacen más que destruir