LOS AMORES VIRTUALES TAMBIEN DUELEN
Cuando amamos y ese amor termina,
siempre sufrimos, sin importar
si ese amor es real o es virtual.
porque da lo mismo si es real o es virtual...
El amor virtual es tan intenso como el real, y muchas veces, incluso, lo sentimos mas fuerte. Esto es porque, antes de amar a esa persona, aprendemos a amar a su alma, y es por ella que nos apasionamos, sin importarnos el aspecto físico. El alma es sin duda... lo mas valioso...
Cuando entramos a Internet nos encantamos
con alguien que no conocemos, mas está tan presente en nuestra vida, que es como si fuese real. Así es el amor, se vuelve creciente,
permutando informaciones, confidencias, comentando los problemas, descubriendo nuestros dolores, en fin,...
pasamos a vivir juntos... mas distantes.
Y esa magia nos transborda de ternura,
amor, cariño,amistad, sentimos el abrazo,
el calor, nos agitamos al oír una canción, deseamos en el corazón una fiesta.
Pero.... cuando percibimos que toda esa magia, está siendo vivenciada apenas por uno solo, que esa pasión no era recíproca, perdemos altura, permanecemos sin acción, tenemos la sensacion de ser las personas mas resentidas del universo.
Y ahí caemos en llantos, lágrimas que corren
por nuestras mejillas, que queman el alma,
y no entinedo como hablar de ese sufrimiento
a la otra persona en cuestión,
Sentimos ese apretón en el corazón,
esa lágrima sentida, ese dolor infinito...
y el único deseo de soportarlo solos.
Pero que mas podemos hacer? Nada... absolutamente nada.
Simplemente, engullir nuestras lágrimas,
respirar profundo, e imaginar que ese
apretón en el pecho disminuirá mas adelante.
Después de pensar en esta posibilidad, sonreímos...
demostrando que nada de errado aconteció. Continuamos adornando y llevando alegría a los otros. Mostramos que la vida es linda y que somos felices! Mas la lágrima engullida aún nos sofoca, y corre
suelta por el rostro y el apretón del pecho no disminuye
llevándonos al punto que apenas conseguimos respirar...
Sólo en ese momento es que tenemos noción,
que los amores virtuales... también hieren. a.d.
|