El gran error que se oculta tras el mito de la media naranja es el de considerar que somos seres incompletos y que solo podemos lograr la plenitud al encontrar el verdadero amor, que será lo que nos permita ser felices. Pero hacer depender toda nuestra felicidad de una relación de pareja, es una gran equivocación y nos impedirá, justamente, ser felices.
Las personas que son felices, lo son con independencia
de si tienen pareja o no. Todos somos
personas completas, no nos falta un trozo,
ni una mitad para poder alcanzar
lo que nos propongamos. Somos naranjas enteras,
no una media naranja esperando encontrar a
su otra mitad.
De hecho el éxito de una relación está
en que las dos personas sean completas,
independientes y felices
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