Tengo arrugas.
Me miré al espejo y descubrí que tenía muchas arrugas alrededor de los ojos, en la boca, en la frente.
Tengo arrugas porque he tenido amigos, y nos hemos reído, nos hemos reído mucho, hasta las lágrimas.
Y he conocido el amor, que me ha hecho escurrir los ojos de alegría.
Tengo arrugas porque he tenido hijos, y he estado preocupada por ellos
desde la concepción, y he sonreído a cada uno por sus nuevos
descubrimientos y he pasado noches en camisón…
Y luego lloré.
He llorado por la gente que he amado y que se han ido, por poco tiempo o para siempre o sin saber por qué.
He cuidado. He pasado horas sin dormir por proyectos que han ido bien o
han ido mal, por la fiebre de los niños, por leer un libro o hacer el
amor.
He visto lugares maravillosos, nuevos, que me han hecho abrir la boca
asombrada, y he revisado los lugares antiguos que me hicieron llorar.
Dentro de cada surco en mi cara, en mi cuerpo, se esconde mi historia,
las emociones que he vivido, mi belleza más íntima, y si cancelo esto,
me borraría a mí misma.
Cada arruga es una anécdota de mi vida, un latido de mi corazón, es el álbum de fotos de mis recuerdos más importantes.
Marinella Canu ~