Las mejores fotos las harás (o deberías hacerlas) en esos instantes
que vas a querer recordar siempre.
Esos instantes que por muchos años que pasen, no se olvidan
y los tienes guardados en la cabeza: una sonrisa, un beso, una cena especial,
un amanecer compartido, o noches mirando al cielo buscando estrellas fugaces.
Afortunadamente, en ocasiones tampoco hace falta ser un experto
manejando la cámara para hacer una foto que remueva
algo dentro de ti.
Recuerda:
El mensaje siempre tiene más poder que la técnica.