"Entras al quirófano despierta trayendo en el vientre un bebé y en el alma una colección de sueños y expectativas.
- ¿Puedes doblar más la espalda?
Es la pregunta del anestesiólogo
La barriga lo impide pero lo intentas así mismo, cierras los ojos, respira y confía.
¡Cómo confía la gente!
Las manos sudan el miedo y la ansiedad están en el corazón, quien ha vivido esta escena la entiende bien.
Las piernas son estiradas y de la cintura para abajo todo se amortigua.
Pusimos el cuerpo en pausa para que otro pueda venir al mundo.
Las siete capas se van rápido pero los próximos minutos duran toda una vida.
Y ahí llega! Sumen a la memoria las agujas, la sonda, las batas, las siete capas, los cortes, las manos, los tirones, el sudor, los puntos….
¿Qué otro amor haría eso? ¿Qué otro amor sería capaz de levantarse para sostener a un bebé incluso sin cargar su propio cuerpo?
Es el carrete que sostuvo el hilo de la vida recordándonos que nacer es realmente un milagro y que nacer por cesárea también es un forma sagrada de nacer!
Mamá por cesárea eres fortaleza!".