Ala y raíz: la eternidad es eso. Y aquí, de frente al mar, en la ribera, la vida es como un fruto que cayera de un alto gajo, por su propio peso.
Ala y raíz. Y el ala, sin regreso, a la raíz, con sed de primavera: que así el confín de la emoción viajera duerme a la sombra del follaje espeso.
(El mar corre descalzo por la arena. Mi corazón ya casi es sólo mío. El ancla está aprendiendo a ser antena
y el latido unicorde se hace escala. Después, libre del tiempo, en el vacío, Así: ¡mitad raíz y mitad ala!)
|