Cuando vengan las sombras del olvido a borrar de mi alma el sentimiento, no dejes, por Dios, borrar el nido donde siempre durmió mi pensamiento.
Si sabes que mi amor jamás olvida que no puedo vivir lejos de ti dime que en el sendero de la vida alguna vez te acordarás de mí.
Cuando al pasar inclines la cabeza y yo no pueda recoger tu llanto, en esa soledad de la tristeza te acordarás de aquel que te amó tanto.
No podrás olvidar que te he adorado con ciego y delirante frenesí y en las confusas sombras del pasado, luz de mis ojos, te acordarás de mí.
El tiempo corre con denso vuelo ya se va adelantando entre los dos no me olvides jamás. ¡Dame un recuerdo! y no me digas para siempre adiós.
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