Un Nuevo dia
Al amanecer, a través de mi ventana abierta, miré un paisaje que detenía el corazón. Sobre el horizonte delante de mí, apareció una aurora de luces místicas, reflejándose profundamente en las cavidades, y picos de las montañas circundantes.
Ante mí, mostrando la temprana luz, que penetraba la niebla de la mañana, causando rayos perpetuos de oro. Iluminando lo más alto de los picos de la montaña. Despertando la tierra placida debajo.
Miré detenidamente, cercanamente, los colores brillantes de luz estirándose hacia arriba, como los dedos en una mano, en el aún amanecíente cielo.
Ah, miré fijamente esta vista preciosa. El Tiempo mismo pareció esperar, deseoso de guardar los primeros rayos, que se revelarían en adelante. Desde el Este y esperando, la risa del sol, llamando... Un Nuevo Día.
Alma Triste
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