DIOS, ABSOLUTO E INFINITO EN SUS EXPRESIONES
DIOS, ABSOLUTO E INFINITO EN SUS EXPRESIONES
Hablar sobre el Supremo Creador en su infinita e insoldable sapiencia
es una encomienda muy complicada sobre todo por nuestra capacidad
humana limitada, mas sin embargo poco a poco va ascendiendo marcada por
el compás que señala el nivel de evolución individual y que a la vez es
el “termómetro” que indica el avance hasta alcanzar la integración
total a la fuente original, a nuestra propia esencia, considerada ésta
como parte integral del Supremo Creador.
Por ello me limitare a expresar conceptos personales apoyado en
símbolos y números, que para mi, fueron creados por el hombre a través
de la Inspiración Divina. Cada número o símbolo guarda celosamente en su
interior como en su estructura externa la llave para abrir una o más
puertas que dan acceso a niveles para bajar o subir según la llave que
utilices.
El ser humano haciendo uso de su libre albedrio tiene la facultad
para decidir y construir su propio destino, sin embargo como parte del
Creador Eterno busca ascender a la Luz, aunque para alcanzar la plenitud
y reintegrarse tenga que pasar por muchas encarnaciones.
La fe en un Dios único, el Amor a la humanidad y la Fraternidad
Universal son la fortaleza del ser humano como un manantial fecundo que
surge para abrevar de la Sabiduría y la Virtud que consagran al Espíritu
de la Libertad. Lejos de invadir y dominar, trabaja incesantemente para
unir a la especie humana con los lazos del amor y la fraternidad.
El Ser humano fue creado con todo lo necesario para desarrollarse en
la sociedad, dotándolo de altas facultades del orden moral, de
Instrucción e independencia, que son los atributos principales de la
naturaleza. Marcha a la cabeza de la civilización para activar y dirigir
el movimiento propagador de las luces, armonizando su acción con el
espíritu de los tiempos.
En esta ocasión, vamos a viajar a través del cero, el uno, el ocho en
su posición normal y el ocho en posición horizontal, que representa al
infinito.
Explicaré lo que encierra cada uno dentro de la simbología numérica:
El (0) cero, aspecto femenino, representa al absoluto. Su forma
circular encierra todo lo que existe en el Universo; es el compás
abierto hacia el espacio girando hasta completar los 360 grados del
círculo, es decir: “encierra” todo el Universo.
El (1) uno, aspecto masculino, representa la UNIDAD, el principio de
la Creación y todo lo que existe hasta ahora, como UNIDAD con DIOS. El
UNO, simboliza el principio generador de VIDA y es a través del CERO, la
parte femenina, cuya misión es ser la portadora (nodriza) de la Esencia
Divina para ser manifestada en este plano material de tercera
dimensión.
El (8) ocho, es el numero que simboliza los dos mundos, o planos:
visible e invisible, escala Somática y Neumática o materia y Espíritu.
Es el número 8 que simboliza al samsara de la filosofía budista, al
proceso de Evolución e Involución (muerte y nacimiento). La parte
inferior simboliza a la materia, (mundo visible) y la parte superior
simboliza al espíritu, (parte invisible). Es a través de éste símbolo
que podemos comprender como desciende el espíritu por la parte superior
que originalmente emergió del absoluto y viene a encarnarse en un ser
material para hacerlo evolucionar a través de las experiencias que en
cada re-encarnación ha ido abrevando hasta alcanzar nuevamente la
purificación total para re-integrarse a la fuente original, es decir,
al ABSOLUTO.
El símbolo del infinito representa el equilibrio, la
armonía en su máxima expresión con el Supremo Creador; su posición
horizontal indica que los dos círculos que lo forman están al mismo
nivel superior, por lo tanto, están en la parte más elevada que alcanza
el discurrir del pensamiento; esto se conoce como un Paramita. Aunque el
cero simboliza al ABSOLUTO el INFINITO no tiene “fronteras” para
avanzar hacia nuevas experiencias de Creación, y al ir expandiéndose por
el Universo origina el aumento del diámetro al círculo del ABSOLUTO.
Sobre el infinito dijo Sócrates: “en cualquier dirección que recorras el alma, nunca tropezarás con sus limites”.
Respecto a la energía que genera este símbolo, mencionaré la parte
terapéutica; Sigue el trazo del símbolo con tu dedo índice de la
siguiente forma: iniciando en el centro del ocho, hacia la parte derecha
superior, siguiendo el trazo dando la vuelta para dirigirse otra vez al
punto de partida y así seguir el trazo hacia el lado izquierdo, otra
vez dar vuelta para dirigirse nuevamente hasta el punto de partida. Al
hacer este movimiento lo acompañaras con la siguiente respiración: al
iniciar el hacia la derecha inspira hasta regresar al punto de partida
para exhalar, continua por la parte izquierda, y al iniciar el descenso
por la parte inspira nuevamente. (Repetirlo en múltiplos de tres) al
exhalar sentirás como si empujaras o arrojaras hacia fuera la energía.
Se puede hacer este ejercicio para armonizar personas o lugares.
Así, pues, podríamos pensar seriamente, que cada número es un símbolo
que guarda la imagen y la semejanza de lo que representa, por lo tanto,
conserva la potencia para producir un efecto, siendo éste, armonizado y
alineado correctamente.
El lenguaje Divino está expresado en la naturaleza; tanto en los
colores de las flores y las aves, como en los sonidos y cantos de los
seres que habitamos este planeta, en el relámpago, que seguido del
estallido del trueno, produce una reacción energética, que provoca
movimientos en la vida de los elementos naturales. Es como una alarma
que nos despierta del sueño profundo para iniciar las actividades de un
nuevo día.
Es el Gran Arquitecto del Universo, que siempre se esta expandiendo
en su Gran Obra y aunque muchos lo ignoren somos parte de la UNIDAD que
esta en constante EVOLUCION, CREADORA Y REGENERADORA. Es esa chispa
Divina que yace en tu corazón palpitante, que espera ser rescatada,
(liberada) usando las facultades con te doto el SUPREMO CREADOR.
¡TU TIENES LA LLAVE!..... ¡USALA!