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Enviado: 02/12/2009 18:10 |
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La verdad de la amargura Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad (1 Juan 1:6) Una de las maneras de andar en las tinieblas es atesorar amarguura en nuestros corazones hacia los demás. La amargura crea confusión en nuestra mente y opresión en nuestro corazón. tal vez digas: "Yo no pertenezco al club de los amargados, porqe estoy en comunión con Dios".Pues permíteme decirte que muchos de nosotros no estamos en comunión con Dios, sino que sencillamente presumimos de estarlo. Es un hecho que no podemos tener plena y verdadera comunión con Dios si en nuestro ser guardamos cualquier tipo de amargura. La amargura no puede formar parte de los hijos de Dios. Pero, ¿como saber si estamos amargados? Sencillo: Si aún nos cuesta perdonar o aún hay alguien a quien creemos que no es posible perdonar, entonces todavía hay amrgura en nuestra vida. Cuando decidimos no perdonar, podemos pasar horas leyendo la Palabra de Dios, podemos cantar alabanzas durante el día, podemos pasar interminables horas en oración, pero la verdad es que no estamos teniendo una comunión genuina con nuestro Salvador. Si aún estamos dubitativos que si perdonamos a nuesro ofensor o no, entonces seguimos andando en la obscuridad. Si no podemos perdonar a esa persona que habló mal de nosotros y nos perjudicó, entonces hemos perdido nuestra comunión con el Padre. En el caso de los obreros, podemos seguir predicando y la gente podrá decirnos: "Que predicación más maravillosa! ¡Usted sin duda debe caminar con Dios!", pero lo cierto es que, si no perdonamos, tales predicaciones serán en vano. La Biblia cataloga de mentirosos a quenes obren así. Jesús enseñó en el Padrenuestro que debemos perdonar a nuestros deudores, para que Él pueda perdonar nuestras deudas. Aveces pensamos que es imposible perdonar a cierta persona, especialmente si se trata de alguien de quien nunca pensamos que nos iba a fallar y nos decepcionó enormemente. Cuando recordemos a las personas que nos devolvieron el mal por el bien que les hicimos y nos preguntamos: "¿Aún hay que perdonar a personas tan ingratas?", demos la respuesta biblica a ese interrogante: ¡Sí! Al hacer esto hay una promesa de Dios: Cuanto mayor seal la ofensa que tengas que perdonar más grande será á medida del Espíritu Santo cuando perdones. Echa mano de la ocasión de perdonar la mayor ofensa, la injusticia más grande, y recuerda que, al hacer esto, el Espíritu Santo te ungirá con una mayor unción. Ministerio Internacional
Fondo Myriam_Lhamya |
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