Resurrección y Arrebatamiento
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 16: Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17: Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1 Tesalonicenses 4:13
Hoy vivimos una vida santa para la iglesia. Si el Señor retrasa Su regreso, llegará el día cuando todos “dormiremos”, es decir, moriremos físicamente. Todos los creyentes que han muerto, esperan la resurrección. Si vivimos hasta el regreso del Señor Jesús, no necesitaremos la resurrección; sin embargo, sí necesitaremos el arrebatamiento. Además, los que han muerto van a necesitar ser resucitados y también arrebatados. Todos los creyentes, así los muertos como también los vivos, necesitan el arrebatamiento. El arrebatamiento, por tanto, es de hecho el fin de nuestra vida en la tierra. Esto significa que la conclusión de nuestra vida no es ni la muerte ni la resurrección; es el arrebatamiento.
En las Escrituras no existe la palabra arrebatamiento, pero sí la idea del arrebatamiento. Según la han empleado los maestros cristianos, la palabra arrebatar significa ser tomado, como le aconteció a Enoc y a Elías Genesis 5:24, 2 Reyes 2:1,11, Mateo 24:40-41, Lucas 17:34-36, Lucas 21:36, 1 Tesalonicenses 4:17, Apocalipsis 3:10, Apocalipsis 7:9, Apocalipsis 11:12, Apocalipsis 12:5, Apocalipsis 14:1,16, y Apocalipsis 15:2 hablan del arrebatamiento, del hecho de que los creyentes serán tomados a los cielos.
En el Nuevo Testamento, el arrebatamiento es un tema importante. En 1 Tesalonicenses 4:13-18 Pablo habla de ello sólo de manera general, de manera elemental. Él nos dice que los que vivan, juntamente con los creyentes que hayan muerto y hayan sido resucitados, serán tomados y se reunirán con el Señor en las nubes.
Él desea dejar grabado en ellos el hecho de que la vida cristiana, la cual es una vida santa para la vida de iglesia, tiene una esperanza. Por lo tanto, esta vida es absolutamente diferente a la vida de desesperanza que lleva el linaje humano caído. La esperanza de la vida cristiana es el regreso del Señor, y esta esperanza incluye la resurrección y el arrebatamiento . ¡Aleluya! | | | | | |
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