Fluyendo en la palabra
"Si permancéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será
hecho"(Juan 15:7)
Hay mucho poder en su boca, y ha llegado allí porque primero se reveló en su corazón. ¿A que me refiero? A la palabra de Dios que entra en su vida cuando ud. la oye, luego pasa a su corazón donde es guardada para que al final salga por su boca y bendiga no sólo su vida sino la de los demás.
Lo que este día quiero dejarle como enseñanza es que siempre tiene que tener la autodeterminación de que siempre fluya la Palabra de Dios a través de su boca. De día y de noche, en todo tiempo y en cualquier circunstancia debe hablar de la Palabra de Dios. En cuanto a lo que Dios quiere revelarse en nuestro interior, no hay un fluir en eso si no nos ponemos a meditar día y noche en la palabra. Puede ir colocando los pensamientos de Dios en su manera de pensar. Tal cuál son sus pensamientos, así será su vida. Y esos pensamientos deben de estar de acuerdo a lo que Dios piensa de ud. Olvídese de la vieja historia de su vida ¡Deje el pasado atrás y viva de acuerdo a los pensamientos de Dios!.
Mire, cuando el pueblo de Israel salió de la esclavitud, salió del desierto, y tenía que entrar en la tierra prometida, ellos tuvieron que cambiar su manera de pensar. ¿Por qué? porque estaban atados al pasado. Necesitaban renovar su mente con lo que Dios les iba hablando para pode fluir a diario y no salirse de los planes que dios tenía para ellos.
Dios quiere ver fluir a través de su vida grandes cosas. Por eso es necesario que de día y de noche medite en su Palabra. A veces, cuando se despierta en medio de la noche, es para que medite en la Palabra y no para que se ponga a pensar en los conflictos que tiene en su vida. porque eso lo llenará de procupación y no podrá dormirse con gozo y con alegría sino que estará pensando cosas que no cambiarán. Tiene que reflexionar con aquello que tenga que ver con la Palabra de Dios. En Juan 15:7 Jesús nos dejo una promesa maravillosa: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho" (Juan 15:7). Debemos poseer las promesas de Dios para meditar en Su ley día y noche y poder fluir en ella siempre. Estoy seguro que ud. va a caminar en niveles de autoridad espiritual donde el enemigo sabrá que hay más a favor de su vida que los que están en contra, y que tiene una garantía de triunfo.
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