Guarda tu boca
Debemos de aprender a guardar nuestra boca como dice en Proverbios 10:19 “En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”
En boca cerrada no entran moscas
Seguramente has escuchado mucho este dicho “En boca cerrada no entran moscas”. No importando quien lo invento sé que es muy cierto para la vida de todo ser humano especialmente en dos áreas.
1. Espiritual:
Debemos de aprender a guardar nuestra boca como dice en Proverbios 10:19 “En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”
Debemos de aprender a dominar nuestra lengua. Parte de lo que el Señor nos enseña del dominio propio también tiene su buena parte el aprender a callar cuando hay que hacerlo. Una forma práctica y con muchos otros beneficios más para poder practicar en tu vida el dominio propio es a través del ayuno. Pues si aprendes a privarte de lo que tienes derecho y es necesario para tu cuerpo, cuanto más no lo harás en lo que es dañino para tu vida como lo son los comentarios, murmuraciones e incluso en las decisiones que sabes que no te convienen.
Esto producirá fruto en tu vida y te llevará a ser una persona prudente y sabia.
2. Físico:
Debes de aprender a que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y que como tal debemos de aprender a cuidarlo y alimentarlo correctamente. No dejes entrar a través de tu boca alimento que te contamine y que te hace daño. Tu cuerpo necesita de energía, como los carros necesitan de gasolina. Pero hasta hoy no he visto a ninguna persona que le eche a su tanque de gasolina, tierra, cervezas, tachuelas, etc., que sería el equivalente de las papalinas, hamburguesa, pizza o cualquier otro tipo de comida chatarra que recibe nuestro cuerpo.
Si no lo haces para tu carro, ¿porqué si a tu cuerpo? ¿No es acaso tu cuerpo más valioso? Jesús mismo cuidó su cuerpo para entregarlo en sacrificio por ti, y si Él se esmeró en cuidarlo, cuanto más nosotros debemos hacerlo, para entregárselo al Señor en sacrificio vivo como dice Pablo en la carta a los Romanos capítulo 12:1 ”Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Así que como en todo, debemos ser imitadores de Cristo, cuidando lo que hablamos y lo que comemos como dignos templos del Espíritu Santo que somos.
Decide cambiar y produce en ti una vida, más sana, física y espiritualmente: Cuando abras tu boca, esfuérzate en lograr que sea para ingerir comida sana y para hablar con sabiduría y prudencia, esto seguramente agradará al Señor y te hará sentirte satisfecha.
Anímate y empieza hoy y recuerda que con Cristo, todo es posible!
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