“Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.”1
Pregunta: Otro lector de Encuentros Diarios pregunta: “Usted dice que hombre será juzgado por lo que hizo por Dios aquí en la tierra. Siempre he sido de la opinión que lo que hicimos en la tierra por Dios ni siquiera será mencionado. Fui educado con esta creencia, 'Nosotros estamos salvos por la fe, no por las obras de las que no debe de presumir el hombre.' Para mí esto significa que lo que hicimos para Dios durante nuestra estancia en la tierra no será un tema que tengamos que enfrentar. ¿Podría usted, por favor darme detalles sobre esto?
Respuesta: Realmente hay dos juicios en la Biblia – hay uno bueno y uno malo. Veamos el primero: Este se conoce como el juicio del trono de Cristo el cual es sólo para los cristianos. Aquí no se nos juzgará por nuestros pecados porque ellos ya han sido juzgados y la pena ha sido pagada por Jesús cuando murió en la Cruz en nuestro lugar. La sede de sentencia de Cristo es donde serán recompensados los cristianos en base a su fiel servicio para el señor mientras aquí en la tierra. Como escribió el apóstol Pablo, “Que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.”1
El segundo juicio es lo que conocemos como “El gran trono blanco del juicio de Dios.” El apóstol Pablo escribió “Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en el… vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros… y cada uno fue juzgado según lo que había hecho… Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.”2
Este juicio de Dios es para aquellos que nunca han aceptado a Jesús como su Salvador y no han recibido el perdón de Dios. En este juicio serán juzgados por sus pecados – y tendrán que aceptar la pena porque ellos rechazaron el sacrificio de Jesús al morir en la cruz. Tristemente, Dios les dirá, "Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí!”3
Algo aterrador para aquellos que no conocen a Jesús como su salvador. Ellos se perderán para siempre en el infierno – cualesquiera y donde quiera que este. Un acosa es cierta acerca del infierno: es la separación eterna de Dios, el autor de todo el amor y la vida – un lugar preparado por el diablo y sus demonios del mal.
Dios lo ha hecho muy claro en su palabra que “Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.”4 Así que hagan lo que hagan, estén absolutamente seguros de aceptar a Jesús como su salvador. Es decir obtengan su pasaporte al cielo. Hagan lo que hagan no dejen este mundo sin el.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mío, gracias porque tu Palabra hace muy claro el camino a la salvación. Concédeme vivir de manera que no este desilusionado cuando este frente al trono del juicio de Cristo. Tambien que mi vida sea un testimonio viviente de tu amor y tu salvación para que quieran aceptarte y no tengan que compadecer frente al gran trono blanco del juicio. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amen.”