Indiscutiblemente estos textos bíblicos considerados por todos los cristianos de cualquier denominación como sagrados y verdaderos, deberemos de reconocer, que a través del tiempo, han sufrido serias modificaciones al ser traducidos al lenguaje particular de cada nación, y prueba de ello, son las distintas versiones bíblicas que el hombre tiene de la Palabra de Jesús, ya que éstas están escritas con diferentes palabras para decir lo mismo, amèn de solo reconocer ciertos documentos bìblicos aceptados por las Iglesias cristianas que van de acuerdo a sus enseñanzas, pero a pesar de todo lo anterior, cuando nos adentramos en el estudio, reflexión y meditación de la Escritura del Nuevo Testamento nos iremos dando cuenta, y posteriormente reconoceremos, que la esencia, es decir: lo más puro; la sustancia: lo que le da forma; y la eternidad: lo que perdura para siempre de la Palabra de Jesús, no se ha podido modificar a pesar de las alteraciones que pudiere haber sufrido su enseñanza a través del tiempo, lo que reafirma que el hombre debería leer, estudiar, reflexionar y meditar profundamente la doctrina de Jesús para aprender a guardarla y enseñarla a cumplir con fidelidad como la voluntad de Dios uniéndose verdaderamente a Jesús y así deje de llevar las cadenas que el Tentador le ha colocado para someterlo, de tal manera que, sin saberlo, niegan la existencia de Dios.
pero esto sólo se hará realidad cuando el hombre se decida a aceptar y recibir la voluntad de Dios en su mente para ser realmente libre, libre para disfrutar a plenitud el Reino de Dios en este mundo, reconociendo y aceptando, que para alcanzarlo deberá aprender y poner en práctica la separación que debe de hacerse de lo espiritual con respecto de lo material para darle así a Dios lo que es de Dios y al hombre lo que del hombre es.
Reflexionemos en lo siguiente, ya que no se trata de formar una nueva Iglesia en el Nombre de Jesús, puesto que la Iglesia de Jesucristo es única e indivisible, ni tampoco se pretende separar a las personas de cualquier denominación cristiana de las comunidades o congregaciones a las que regularmente asisten, pues como dice la Palabra:
¿Acaso está dividido Cristo? ( 1 de Corintios 1: 13).
Tampoco se pretende que las personas de otras religiones diferentes a la fe cristiana se adhieran a Dios a travès de Jesùs, y pues, ojalà que lo escrito en estos pàrrafos sirva de alguna reflexiòn para que todos los que creemos en Dios - como quiera que se le llame - y aùn los que no crean, reflexionemos en que, lo màs importante de todas ellas, està basado en el amor y el perdòn, aunque el hombre se ha encargado de torcer los rectos caminos de Dios.