Riqueza verdadera
Jesús dijo: "Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en los bienes que posee." Lucas 12:15.
El Señor Jesús relató la historia de un hombre rico cuyos bienes se habían aumentado y por eso, hizo planes para aumentar sus bodegas para guardarlos La parábola se encuentra en el evangelios de Lucas capítulo 12. Jesús quiso enseñar que es posible ser rico en este mundo, pero pobre en cuanto al mundo por venir. La verdadera riqueza es poseer la vida eterna por medio de la fe en Jesús, el Salvador.
Hace años en un país escandinavo, un labrador trabajaba la hacienda de un hombre rico. El labrador salió un día para tomar un te bajo un frondoso árbol. Casualmente su patrón pasó por allí cuando agachaba la cabeza para dar las gracias a Dios por su alimento. "Ahí está otra ves Hans", dijo el patrón en son de burla, "agradeciendo a su Dios". Por muchos años el patrón se había burlado de Hans, más este nunca respondió al hombre cómo se lo merecía. Al ver que su comentario no provocó ninguna reacción, el patrón cambió de tono y preguntó solícitamente, ¿y cómo está la salud Hans? Ese día hans no se sentí bien, pero en vez de quejarse, se limitó a decir, bien, pero presiento que el hombre más rico de la comarca va a morir dentro de poco. El patrón se alejó, pero las palabras de Hans lo asustaron. ¿Acaso no era él, el hombre más rico del valle?.
Durante la noche el patrón sintió dolor de estomago y llamó al doctor. El médico diagnosticó un problema digestivo. El patrón no quiso informar al doctor del comentario de Hans que le preocupaba. Un campesino golpeó la puerta de la casa del doctor y le dijo: El patrón a tenido un ataque y acaba de morir. ¿Podría venir?. Antes de morir el patrón entendió que él no era el más rico de la comarca, sino Hans. Hans no poseía bienes materiales, pero poseía la salvación de su alma que se de muchisimo más valor que los bienes materiales.
El hombre mencionado en Lucas 12 pensaba que su vida duraría mucho tiempo. Con un negocio próspero, no pensó en otra cosa que tomar consejo se sí mismo, diciendo: "Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; come, bebe, repósate, regocíjate" v.19. Este hombre vivía para las cosas perecederas de la vida sin pensar en las cosas eternas. Se olvidó por completo de Dios y de los reclamos divinos sobre su vida. Fue por eso que Dios le dijo: "necio esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quien será?." v.20. No sería de él pues no se lo puede llevar más allá de la muerte. Los bienes no sirven para conseguir el beneplácito de Dios. Con la muerte la utilidad de los bienes termina para su dueño. Es una marca de cordura que cada uno se preocupe de la eterna riqueza espiritual. La vida eterna es la verdadera riqueza; es el regalo que Dios da en base de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús. "El que cree en el hijo tiene la vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." Juan 3:36.
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