Mantenerse al día en la Palabra de Dios
"Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón
guarde mis mandamientos" Prov.3:1.
El Consejero en el libro de Proverbios es La Sabiduría. Dios es Él que habla y trata a los destinatarios cómo hijos que necesitan instrucción. Si bien es cierto que hay muchos textos que nos invitan a levantar la vista para considerar el "gozo puesto delante", hay otros textos que enfatizan de la necesidad de preocuparnos del presente a fin de caminar en el sendero que conduce la felicidad eterna. El futuro será más bendito si Dios es honrado en el presente. La Sabiduría apunta hacia el camino recto que se llena de deleite tomando en cuenta que es lo que requiere la ley de Dios. Se disfruta de la paz y la satisfacción mientras el corazón se preocupa de guardar los mandamientos divinos. Pablo escribió: " que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" Rom. 7:12. En el Salmo 119 el salmista se refiere a la Palabra de Dios y cual debe ser nuestra actitud para con ella. "Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras" Salmo 119:16. En forma diaria el hijo de Dios debe abrir su corazón para recibir sanas indicaciones de la Biblia. El verso 83 es muy simpatico cómo presenta al creyente en sus años avanzados, "Porque estoy cómo el odre al humo; pero no he olvidado tus estatutos". Los odres eran las botellas de la antigüedad, confeccionados con el estomago de un animal cómo el macho cabrío. Eran usados para guardar agua y especialmente vino. Jesús mismo hizo mención de eso:"Nadie echa vino en odres viejos; pues de otro modo, el vino reventaría los odres, y se echarían a perder tanto el vino cómo los odres; el vino nuevo, en odres nuevos." Marcos 2:22. Con el paso del tiempo el odre envejece. Aunque haya sido usado por varios años llegando a arrugarse y estar ennegrecido por los humos dentro de las carpas, el odre no es absoleto ni inutil. Solamente es necesario tener cuidado de tomar encuenta su edad en su uso. Así el hombre extarior se va desgastando, pero el hombre interior no de olvida de los estatutos del Dios eterno. hasta lavejez el creyente fiel se mantiene en comunión con Dios. La persona apegada a la verdad es útil en manos de Dios y evita ser endurecido por el egoísmo. El Espíritu Santo dentro del creyente le mantiene obediente y útil para la gloria de Dios aun en la vejez.
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