Mis ovejas
Cuando David estuvo escribiendo el salmo 23 en el antiguo Israel, era frecuente que ovejas de diversos rebaños se alimentaban en la misma área. Cientos e incluso miles de ovejas se entremezclaban mientras pastaban. Ya que no existían los pastizales cercados, ¿Cómo podía un pastor reunir a todas sus ovejas de vuelta a su rebaño?.
Es asombroso cuán simple era la solución. Cuando un pastor estaba listo para seguir adelante, simplemente llamaba a sus ovejas. Ellas conocían su voz y lo seguían. Y las demás se quedaban porque no habían oído la voz de su pastor.
Entonces, ¿Cómo escuchamos la voz de nuestro Pastor hoy? Definitivamente, Él nos habla. Las personas hacen afirmaciones increíbles acerca de que Dios les habla. Algunas de ellas escuchan voces audibles, algunas de ellas tienen visiones. (Personalmente, la única vez que tengo una visión es cuando como comida después de las 9 p.m.).
Pero Dios sí nos habla hoy. Nos habla en su Palabra. Allí es donde podemos estar seguros que estamos escuchando su voz. Hay muchas voces allá afuera, pero su dirección y su voluntad en toda circunstancia de nuestras vidas se delinea en las Escrituras. Así es como nos guía el espíritu Santo. Pero las ovejas no sólo escuchamos la voz del Pastor, seguimos al Pastor.
¿Cuál es la voz más importante en tu vida? ¿Es tu deseo de seguir a Dios? Si es así, estás viviendo como una de sus ovejas. Y puedes estar seguro que Él caminará contigo por los valles de la vida. Jesús dijo, “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:27-28).
El Señor es tu Pastor. Estás en sus manos. Estás a salvo y seguro.
"La voz del Pastor debe escucharse, y seguirse"
Reflexiona:
1. ¿Qué voces he estado escuchando?
2. ¿Cómo puedo distinguir entre la voz de Jesús y las voces que harán que me descarríe?
3. ¿Qué significa para mi seguir a Jesús y entregarse a Él?
|