Símbolo de los méritos de Cristo
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo (Proverbios 27: 9).
EL INCIENSO ERA UN SÍMBOLO de la oración que asciende a Dios como olor fragante. Pero, además, era símbolo de la justicia de Cristo, porque las oraciones del pueblo de Dios solo tienen valor por los méritos de nuestro Señor:
«La nube de incienso que ascendía con las oraciones de Israel representaba su justicia, que es lo único que puede hacer aceptable ante Dios la oración del pecador».
De hecho, se presenta a Cristo como ofreciendo personalmente estas oraciones a favor de su pueblo:
«Él está ahora […] presentando las oraciones de aquellos que desean su ayuda».
La vinculación de las oraciones del pueblo de Dios con la justicia de Cristo, resalta el aspecto intercesor de la obra del Señor:
«El incienso, que ascendía con las oraciones de Israel, representaba los méritos y la intercesión de Cristo, su perfecta justicia, la cual por medio de la fe es acreditada a su pueblo, y es lo único que puede hacer el culto de los seres humanos aceptable a Dios».
Representa así la mediación de Cristo en el santuario celestial: «Este incienso era un emblema de la mediación de Cristo».
Las oraciones del pueblo de Dios tienen poder en virtud de esta intercesión de Cristo y de la eficacia de su justicia concedida al pecador: «Puesto que los cuernos simbolizaban poder, en el altar del incienso representan el poder de la oración» (Gén. 32: 24-30).
Cristo es la razón de que las oraciones tengan poder. Porque el que ora, avalado por la justicia de Jesús, puede entrar en la presencia del Dios Todopoderoso:
«El hecho de que el altar estuviese “delante del propiciatorio” nos enseña que por medio de la oración podemos entrar en la presencia de Dios»
DIOS TE BENDIGA
TE AMO
SILVYNA
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