"Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra." Santiago 1:6
Todos sabemos que nuestra dependencia debe ser completamente del Señor, y al parecer eso está bien claro dentro del cuerpo de Cristo; todos sabemos perfectamente quién es nuestro proveedor, nuestro sustento. Es por eso que siempre que nos encontramos en dificultades o necesitamos algo, acudimos al Dios de nuestra salvación. La solución a todos nuestros problemas y dificultades, sabemos que es Dios. El hecho de que nos acerquemos a Dios es algo bueno, pero aún mejor es que nos acerquemos a Dios creyéndole, pues pocos son los que se acercan a él confiando en su poder y gloria. Al parecer algunos buscan ayuda de Dios, como por costumbre, al no encontrar solución a sus problemas de otra manera, pareciera que le buscan como por inercia al acabárseles todas las posibles "soluciones". Buscan del Señor, como última alternativa, al no encontrar más que hacer. Y en esa desesperación se acercan a Dios esperando hallar solución a sus problemas, pero se acercan sin creer, se acercan como probando a ver sí Dios les soluciona las cosas. Es está condición la que muchas veces detiene las bendiciones de Dios, obviamente él quiere que tú vivas tranquilo, pero ante toda adversidad y problema tú debes confiar plenamente en él, no probando a ver si te resolverá o no. Debes recordar que el Señor tiene todo el poder para solucionar tus problemas, pero muchas veces no tenemos fe en él, claramente lo demostramos cuando tratamos de solucionar las dificultades por nuestros propios medios. "Pero pida con fe, no dudando nada" eso es lo que dice el texto de referencia (Santiago 1:6); tienes necesidad de algo, quieres algo; pídeselo al Señor, pero no dudes que te lo dará, recuerda que de él es la tierra y todo lo que en ella hay (Salmos 24:1; Salmos 89:11), por lo tanto lo que tú le pidas él lo te lo dará. En su palabra encontramos una gran cantidad de promesas, referente al hecho de que si le pedimos, él nos dará (Juan 15:7; Juan 16:24; Mateo 7:7), pero lo más importante radica en que cuando nos acerquemos a Dios debemos creer estas promesas y no me refiero a decirlas solamente, pues muchos creen que con decir "yo creo" basta, NO, realmente debemos creer en nuestro corazón (Juan 11:40; Marcos 11:22), o sea lo que tú confiesas debes de creerlo, en la cita de Marcos 11:22, dice que lo que diga será hecho, pero el requisito es "y no dudare en su corazón", no solamente es decirlo, sino que también debes de creerlo en tu corazón. La misma palabra de Dios nos dice que sin fe no podemos agradar a Dios (Hebreos 11:6), si tú te acercas a él debes creer que te dará lo que necesitas. Dios prometió ayudarnos, por eso es que debemos estar seguros que nos proveerá todo lo que necesitemos. Además, recuerda que él te ama, y te ama tanto que no le importó enviar a su hijo por rescatarte (Romanos 8:32), tan grande es su amor que dio su vida por ti y por mí; como pues entonces crees que no te dará las cosas que tu necesitas, no solo nos referimos a lo material sino también a lo espiritual, paz, gozo, todas las cosas que sean de bendición para tu vida. Recuerda que Cristo quiere lo mejor para ti, ya dio su vida por nosotros, como no nos dará las otras cosas. (Romanos 8:32) solo analiza esto: "el que te regala un auto, como no te dará el forro para el timón" o "el que te regala un par de lentes obscuros, como no te dará el estuche para que los guardes"; el que te ha dado vida, como no te dará las cosas que necesites para seguir adelante con ella.
¡Dios les bendiga!
Amén