¿Sabe usted cuál es la razón por la que los norteamericanos están más enojados en estos momentos, noviembre de 2010?
¿Por la economía? ¡No!
¿Por los altos déficits que Obama ha creado? ¡No!
¿Por la agresión norcoreana contra su vecino del sur? ¡No!
¿Por la amenaza de que Irán tenga pronto armas nucleares? ¡No!
¿Porque Obama rompió su promesa de retirar las tropas de Irak y Afganistán? ¡No!
Los americanos están especialmente enojados, más bien indignados, por la invasión de la privacidad personal en la que la TSA (Agencia de Seguridad de Transporte) está incurriendo en la totalidad de los aeropuertos importantes del país.
Los gobiernos del Oeste y asiáticos andan como locos, dando tumbos, tratando de conseguir una solución que sea primeramente sensible a la privacidad de los usuarios de las líneas aéreas, barcos, trenes, autobuses, etc., y al mismo tiempo mantener al público seguro de las amenazas terroristas islámicas.
Intentos de terrorismo fallidos
Todos habrán escuchado que el mes pasado uno de los grupos musulmanes terroristas afiliados a Al-Qaida ni siguiera tuvo que tener éxito en sus intentos de derribar varios aviones de carga de FedEx y UPS, sino que simplemente intentó derribar varios aviones de carga de paquetes enviando hacia varios puntos de EE.UU. y Europa cartuchos de tinta de impresoras con material explosivo. Estos métodos rudimentarios no son costosos ni sofisticados, sin embargo, le han dado resultado a Al-Qaida y a sus huestes demoníacas musulmanas... el mismo resultado que si hubiesen derribado los aviones. ¡Han aterrorizado a nuestros países!
Los gobiernos no saben qué hacer. Ya han visto que los terroristas islámicos han aprendido la lección: No se puede contra la tecnología militar del oeste, 
así que hay que aterrorizarlos atacándolos donde les duele: El transporte, las súper tiendas, los lugares de atracción turística, etc. Y eso estimados lectores ha hecho que los gobiernos se vean obligados a recurrir a tecnologías invasoras de la privacidad en pos de mantener a los ciudadanos seguros.
Cuando usted vuele a EE.UU. o a Europa, notará que se le dan dos alternativas. O pasa por una máquina que han bautizado "Porn Scanners" ya que el operario te ve hasta las cavidades más profundas de tu cuerpo y por supuesto, a nosotros los varones, se nos ve todo lo que nos sobresale de la piel... o permites que un agente de la seguridad te haga un "pat down" . Estos Pat Downs o inspecciones minuciosas manuales sobre todo tu cuerpo (literalmente ¡sobre todo tu cuerpo!), son odiados por los usuarios, ya que te tocan tus senos, sus genitales, a veces te piden que te desabroches y que te quedes totalmente desnudo y hasta te inspeccionan las cavidades de tu cuerpo en busca de materiales explosivos. Todo esto, dicen las autoridades, se justifica ya que Al-Qaida ha intentado usar hasta ropa interior para esconder material explosivo y e intentar derribar aviones.
Pero... ¿Está usted viendo hacia dónde se dirige la humanidad?
Lo que hace apenas unos años se consideraba como un delito, dígase tocar las partes sexuales de una persona (¡en público!), hoy se considera algo necesario y justificable. Pero la realidad es que todo se está preparando para que el uso de otra tecnología, que sí funciona, pero que no es insensible y engorrosa, se comience a usar. La tecnología es buena... pero después de unos años de uso, comenzará a usarse para que los "usuarios" se identifiquen, o con Dios o con el Diablo.
Imagine nada más qué sucedería si aún cuando estos rigurosos e invasivos métodos de seguridad se estén usando, uno de estos días los hijos de Alá tienen éxito y derriban uno o dos aviones. Imagine que uno de estos días, a pesar de toda la seguridad en los puertos de nuestros países, una bomba atómica tamaño maletín se cuela en una caja de madera y termina explotando en el centro de Londres, París, New York o Berlín.
¿Cómo reaccionarán las autoridades?
¿Cómo reaccionarán los "usuarios"?
¿Hasta qué punto llegarán los gobiernos para proteger a la gente?
¿Acaso hasta aquellos que hoy nos encontramos ofendidos y con deseos de golpear a un agente porque nos metió la mano... usted sabe donde, no estaremos dispuestos a que se usen métodos extremos... para una situación extrema?
No nos queda otra alternativa: "¡Insértese un microchip!"
Hace dos días, vi en la tele a un experto en "métodos de seguridad en transportes masivos" decir con convencimiento pasmoso: "El próximo intento de terrorismo masivo en que los terroristas tengan éxito, justificará el uso del único método que nos queda por usar y que una vez insertado en la población, hará virtualmente imposible que una persona cuyo nombre se encuentre en la lista de terroristas, suba a un avión, un tren o un barco..."
¿Saben a qué método se refería este señor?
A un microchip implantado en "algún lugar del cuerpo, donde haya fácil acceso y que el usuario pueda moverse para ser escaneado e identificado en fracciones de segundos..." agregó el experto en seguridad.
¿En verdad cree usted que a los norteamericanos o a los canadienses o a los españoles se les podrá convencer de dejarse inyectar un microchip a no ser que su seguridad se vea tan amenazada que estén dispuestos a cambiar "seguridad por libertades civiles"?
Estimados lectores, nunca en los años que tengo compartiendo con ustedes sobre estos asuntos he visto cómo el enojo de la gente con estos otros métodos (Porn Scanner y Pat Downs) hará que el único otro método viable sea usado tan pronto como suceda otro ataque terrorista. ¡Este es el momento en que de suceder un ataque... no habrá otra alternativa que dejarse meter un microchip como el de la foto debajo de su piel... bajo el hombro, en el antebrazo, en la mano o en la frente.
Hace más de dos mil años, un oscuro personaje, en medio de una isla llena de presos desahuciados, vio lo que sucedería en el futuro, justo cuando se vivirían los últimos 7 años de la historia de la tierra. Esto es lo que vio:
(Vendrá un personaje que... ) "hará que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente, y que ninguno pudiera comprar ni vender, sino el que tuviera la marca o el nombre de la bestia (del personaje) o el número de su nombre... El que tiene entendimiento cuente el número..., pues es número de hombre. Y su número es 666." (Apocalipsis 13:16-17)
¿Coincidencia? ¿Casualidad? ¿Suerte de astrólogo?
Usted lo puede llamar como desee. Pero lo cierto es que el presente nos está mostrando una situación venidera en la que será plausible, necesario y justificable que lo que ahora nos insulta y hace que nos sintamos vulnerables, sea usado con gran facilidad por los organismos de seguridad.
Créame. La tecnología que propondrán muy pronto que usemos es buena. ¡Claro que es buena! Así dejarán estos tontos útiles progresista de buscar a terroristas en los aviones que van llenos de dominicanos, peruanos o japoneses y no tendrán alternativa que inyectar también a los musulmanes de todo el mundo. Al hacerlo, organizaciones terroristas islámicas como Al-Qaida se verán imposibilitadas de enviar terroristas desde Yemen, Afganistán o Kenia hacia EE.UU. o Europa con material explosivo en sus calzoncillos, pero ya todos tendremos implantada la tecnología que una vez aparezca quien la use para fines oscuros, usted podrá correr, pero no podrá esconderse de los satélites y escáneres.
Amigo lector, busque de Cristo hoy. Acerca de aquellos que se dejen marcar con este dispositivo en la mano derecha o en la frente, la Biblia dice:
"¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano, él también beberá del vino del furor de Dios que ha sido vertido puro en la copa de su ira, y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero. El humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y no tienen descanso ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni cualquiera que recibe el 666." (Apocalipsis 14:9-11)
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