"No os conforméis a este siglo, sino transformaos a través de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" Romanos 12:2.
Las Sagradas Escrituras dicen que siempre que la Palabra venga a nosotros, viene cómo la lluvia sobre la tierra, para que esta fructifique. Y toda Palabra viene de Dios para que ud. pueda manifestar fruto. ¡Vienen días de crecimiento y manifestaciones de parte de Dios! Primero, viene a ser revelado en el corazón de cada creyente para que sea un instrumento de gran bendición. Es muy importante que tengamos claro que cuando enpezamos a transformar nuestros pensamientos con la Palabra de Dios, toda nuestra manera de pensar será transformada. También es importante que la palabra de Dios se le revele y vaya renovando su corazón para que vea la transformación de todo su ser. Dios lo quiere ver en bienestar en todas las áreas de su vida. Él envía la Palabra para que todo esto se produzca.
Cuando ud. cambie radicalmente sus pensamientos, cambiará su vida y su destino. A veces, nuestras vidas se van encaminando hacia un espacio conflictivo, pero a medida que nos vamos renovando en nuestra manera de pensar, vamos cambiando nuestro estilo de vida. El estilo de bendición es el estilo que Dios ha creado y ese es el estilo que ud. tendrá. Verá cosas muy poderosas que se manifestrán en su intimidad con Dios. Se levantará a un nivel de mayor bendición con el Señor. Con Dios no vamos para menos ni para el fracaso, sino que siempre vamos a ver cambios poderosos y transformadores en nuestras vidas que serán para nosotros y nuestros herederos. Es bueno que cuando vivimos en intimidad, y compañerismo con Dios, comenzamos a recibir cosas que provienen del Espíritu Santo. A medida que los pensamientos van cambiando nuestra visión de la vida, vamos a ir teniendo resultados correctos. No le quedará tiempo para fracasar sino que irá a mayores victorias de las imaginadas.
Oración: Padre, hoy empezaré a transformar mis pensamientos con tu Palabra. La recibiré cada día con gozo y la guadaré en mi corazón para ponerla por obra. Gracias por ella. En el nombre de Jesús, amén.