“A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.” Mateo. 9:37
Es deber del cristiano mirar a las multitudes sedientas de nuestros tiempos como las miraría Cristo.
Jesús miraba a las multitudes con compasión entendiendo que estaban con falta de alguien que les guiara al Padre y siendo descendiente directo de David, quien fue rey y pastor de ovejas, las miraba como ovejas que necesitaban de un pastor que les guiase. Las ovejas se pierden fácilmente cuando no tienen pastor o no pueden divisar de alguna manera al pastor. Esta ovejas eran dependientes y estas ovejas sin un pastor que les guiara, iban directo a extraviarse.
Jesús compara a dichas personas con un sembradío. Él había sembrado la palabra en sus corazones, pero estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Necesitaban que se les siguiese guiando. Sin embargo, como sabemos Jesús no podía estar físicamente por más tiempo, tenía que ser crucificado y sacrificado por los pecados de ellos. Estaría con ellos por medio del Espíritu Santo morando en sus vidas pero físicamente estaría a la diestra de Dios Padre intercediendo.
Jesús no les envía frenéticamente a hacer el trabajo, les invita a orar. Hay una preparación que Dios tiene que hacer antes de ser enviados. Oren. Oren para que el dueño de este sembradío envíe obreros a recoger. No les manda inmediatamente a hacer la obra, les lleva a orar. Esto nos muestra que mirar con los ojos de Jesús, es tambien mirar que nada podemos hacer si no nos es dado del Dueño de las almas redimidas. Es necesaria una dependencia total de nuestro Dios antes que ir a hacer el trabajo que se nos a encomendado. Pero más profundo todavía, para obedecer el llamado hay que ser llamado. Y Jesús les envió a quien podía enviarles oficialmente a hacer el trabajo del Reino.
Ese campo son vidas que necesitan ser llevadas al Pastor de pastores, Jesucristo, El Mesías. Dios no nos envía rápido, tiene que preparar y pasar por el fuego de la prueba a sus enviados para poder cumplir su mandato. Dios no necesita de nosotros, Dios es satisfecho en sí mismo. Pero en su gracia y misericordia no ha querido darle este evangelio para ser predicado por los ángeles, sino por hombres y mujeres inperfectos y pecadores lavados con la Sangre poderosa de Cristo Jesús.
Debemos tener compasión por los perdidos y mirarles como les mira Jesús, Debemos saber que los sembradíos están listos para ser trabajados por los enviados de Jehová, Debemos orar para que Dios envíe obreros a estos sembradíos.
//El Señor busca lideres que tengan genuino interés en las personas y en la salvación, un liderazgo sin intereses económicos si estrictamente en la salvación de las almas//.
Saludos y bendiciones con amor.
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