Entregados
"Tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia". - Romanos 6:13.
Estábamos muertos en nuestros delitosy pecados, pero Dios nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2:1, 5, 13). Al estar vivos, resucitados con él, somos exhortados a poner a disposición del Señor lo que le pertenece: No sois vuestros porque habéis sido comprados por precio (1 Corintios 6:19-20).
Romanos 12:1-2 sigue el mismo pensamiento: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Nosotros, conscientes del amor divino que tanto ha hecho por nosotros y del cual nada puede separarnos (8:38-39), somos llamados a presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo.
No a ofrecernos a Dios para atraer su gracia u obtener méritos, sino porque él nos amó hasta el extremo de dar a su Hijo, quien a su vez nos amó hasta la muerte. Ello forma parte de nuestro culto racional (o servicio inteligente, según otras versiones).
Como consecuencia, se trata de no «amoldarnos» a los hábitos del mundo que nos rodea; como dice la Escritura, a no conformarnos a este siglo (Romanos 12:2). Transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento, de nuestros pensamientos más íntimos, somos «hechos diferentes» de lo que éramos antes. Entonces podemos discernir y hacer la voluntad de Dios.
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