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Enviado: 05/06/2011 09:16 |
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¨No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios,creed también en mí.En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.¨ Juan 14:1,2. Cristo, el gran consolador, nos asegura en esta hermosa promesa, que tiene una mansión preparada para cada uno de los creyentes, en el cielo.Además, es el ¨pasaporte¨ para la ciudadanía celestial. El cielo es el hogar de Cristo y de los cristianos. Los creyentes en esta vida estan solo de paso. Son peregrinos en esta tierra. En la vida venidera tendrán un hogar eterno. Donde hay mansiones, no casas, ni apartamentos; son moradas eternas, permanentes; son para creyentes en Cristo sean ricos o pobres; débiles o firmes; sean cultos o ignorantes; sean blancos o negros o amarillos; Dios no hace acepción de personas; sólo basta que hayan entregado sus vidas a Jesucristo. Lo mejor, el cielo es un lugar hermoso, único, especial, es un lugar donde mora Jesucristo a la diestra del Padre, y él estará presente con los redimidos eternamente. El cielo está preparado por Jesucristo para un pueblo escogido de redimidos por su sangre.REFLEXION: Que promesa tan hermosa y de consuelo para los cristianos verdaderos. Hoy en día muchos creyentes sufren por no tener vivienda segura. Hay cristianos en muchas partes del mundo que no tienen una casa. Otros tienen viviendas muy incomodas e inseguras. Millones de hijos de Dios,se ven afectados cuando hay algún desastre. Pero, el Señor nos asegura que la morada que tiene preparada en el cielo para los suyos es segura y eterna. Y Cristo estará con nosotros. Que motivo mejor para depositar la fe en Jesucristo, y tener asegurada la salvación y la vida eterna viviendo con él. ¨ para que todo aquel que en él cree, no se pierda , mas tenga vida eterna.¨ Juan 3:15. ¨ Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.¨ Juan 14:3 ORACION: Señor, gracias por la seguridad y consuelo que me dás de que al morir físicamente, iré a vivir contigo a las mansiones celestiales.En el nombre de Jesús, amén.
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