¿Alcanzó su meta de santidad hoy?
"Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios"
Cambiar la cultura de 40 años es casi imposible. Y resulta un desafío improbable de cumplir. Es además extremadamente desalentador ya que las mejoras suelen ser muy lentas y resistentes. Por lo cual, me diseñé un plan de trabajo para ir consiguiendo pequeños logros a corto plazo, que apuntalan mi objetivo final. De esta manera, cada pequeño éxito que consigo me ánima y fortalece interiormente; potencia mi influencia en la iglesia (mi primera iglesia) y me acerca al objetivo principal.
Esta misma idea es la que Pablo intenta explicarles a los filipenses. Él sabía que tratar de ser como Dios es imposible para cualquier ser humano. Pablo les anima a imitar su ejemplo de permanente superación. El objetivo principal parece inalcanzable. Es imposible ser perfectos como Dios. Sin embargo, un gran obgetivo se consigue lofrando pequeñas metas. Y sólo se consigue el éxito avanzando paso a paso. El apuro sólo llevar al fracaso. Pablo sabía esto. Por eso los estimula a lograr pequeños logros que generan confianza, satisfacción, y la convicción de la tarea cumplida. Eso motiva a trabajar más arduamente para alcanzar el siguiente escalón, el siguiente desafío.
Somos exististas por naturaleza, Y nos deslentamos muy fácilmente cuando el fracaso golpea nuestros proyectos. Espiritualmente actuamos de la misma manera. Es cierto que tenemos un gran desafío de parte de Dios de mantener la santidad. Y que resulta casi imposible conseguirlo.
Pablo hoy nos desafía a fijarnos pequeñas metas. No intente ser santo todo el año. Luche con bravura para lograr la perfección delante de Dios sólo por hoy. Mañana intentaremos hacer lo mismo. Pero preocupese sólo por hoy. Basta cada día su propio afán. Ahora es su momento.
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