Adoración (2)
El tema de adoración es muy amplio, pero debemos ser conscientes que la adoración es en todo tiempo, en todo momento, no sólo de labios sino también de hechos y pensamientos.
La Palabra nos habla de varios tipos de adoración.
1) Adorar lo falso, sin saber quién recibe la adoración, sin revelación.
"porque pasando mirando vuestros santuarios, hallé un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerlo, es quien yo os anuncio." Hechos 17:23.
2) Adorar en vano, sin humillación, sólo para cumplir un servicio o culto.
"Este pueblo de labios me honra; Más su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" Mateo 15:8-9.
3) Adoración en Espíritu y en Verdad.
"Dios es espíritu; y los que y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren" Juan 4:24.
La adoración toca el corazón de Dios. Es necesario que cada creyente se convierta en adoraror. Personas que no importa lo qué esté sucediendo a su alrederor, la adoración no es negociable. En medios de crisis, enfermedades, desempleos, cualquier situación que afecte a una persona, no es motivo para dejar de adorar.
Cuando Abraham recibió la promesa de Dios, lo que hizo fue adorar.
"Y apareció Jehová a Abraham, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-tel, y plantó su tienda, teniendo a Bet-tel al occidente y a Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová" (Génesis 12:7-8).
Dios desea que las familias sean adoradoras.
"Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti." Salmo 22:27.
Nuestras oraciones deben ser siempre de alabanza y adoración. Muchas veces es difícil poder adorar en momentos de crisis, pero después de saber lo que Dios hizo por nosotros, que envió a su Único Hijo a morir por nosotros, que Dios quiere que estemos cerca de Él, nos da la oportunidad de entrar hasta su Santa Presencia. Lo único que nos queda es adorar. Cuando adoramos, las ventanas de los cielos se abren a nuestro favor. Si logramos conquistar al Rey con nuestra adoración, podemos tener todo le que Él tiene para nosotros.