Cuidado con las apariencias
No juzgues a un libro por la portada, no todo lo que brilla es oro, las apariencias engañan, y muchas otras frases son las que hemos escuchado con el pasar de los años pero. ¿Qué tan importantes son en realidad? ¿Por qué no debemos confiar en lo que las personas dicen o aparentan ser?.
Resulta que la Biblia nos advierte sobre esto y nos explica porque se nos facilita tanto ser engañados por como se ven las cosas:
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 1 Samuel 16:7.
Es muy sencillo dejarse llevar por lo que nuestros ojos nos muestran, pues lo que se VE real...Pero la verdad es otra muy diferente, debemos aprender a ver con los ojos de nuestra alma y así alcanzar a ver el corazón de los demás:
El simple todo lo cree; Mas el avisado cuida bien suss pasos. Prov.14:15.
Así nosotros debemos ser prudentes y fijarnos bien que no podemos creer en TODO lo que nos dicen pues, los seres humanos en nuestra condición de pecadores tendemos fácilmente a mentir, lo que no debe ser una excusa para nosotros hijos de Dios.
Pero no sólo de la apariencia de una persona debemos preocuparnos, pues existen también las Falsas Doctrinas o Apostesía, Los Falsos Profetas y las Sectas; que aunque todas aparentan poseer la verdad Divina y que buscan sólo la paz, en el fondo sus intenciones son otras y sus ideas muy apartadas de la Sana Doctrina.
En la Biblia muchos ejemplos de las Falsas Apariencias, como en la Parábola del fariseo y el Publicano:
A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, el otro publicano.
El fariseo puesto en pie, oraba consigo mismo se esta manera: Dios te doy gracias porque yo no soy como los otros hombres, ladronrs, injustos, adúlteros, nu aún como este publicano:
ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Lucas 18:9-14.
¡El fariseo proclamaba ser justo!, diferente a los demás hombres y hasta SUPERIOR a estos, lo cual es una gran muestra de ORGULLO. Mientras que el publicano se mostro humilde no quiso aparentar lo que no era pues Dios sabia quién era.
RETO: sigamos el ejemplo del publicano y no tratemos de aparentar lo que no somos, pues que mayor honor que tenemos que el ser llamados hijos de Dios.
"Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro, o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios" Lucas 3:3-4.
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