Madurar para reinar con Cristo
Dios tiene una comisión importante para que el hombre pueda gobernar el mundo venidero (Hch. 2:5). Para ello, después de creer en el nombre del Señor Jesús y nacer de nuevo, aún necesitamos que la vida divina crezca en nosotros, y eso sucede en la medida que nos neguemos a nosotros mismos (Jn.1:12; 3:3-5; 12:24-26; Mt.16:24-26). Sin el aumento de la vida de Dios, no seremos aprobados en el tribunal de Cristo.
Todos los que creemos en Cristo y fuimos regenerados compareceremos ante Su tribunal, para que cada uno reciba esgún lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo sea bueno o sea malo, es decir que cada uno recibirá conforme a su crecimiento en vida y a la obra que haya echo (Co. 5:10; Mt. 25:1-30). No obstante en caso de que no seamos aprobados en aquel no seremos lanzados en el lago de fuego, pues el tribunal de Cristo no será para juzgar si uno tiene la vida eterna o perecerá eternamente, sino para evaluar si los hijos de Dios obtendrán el galardón más grande o más pequeño (1Co.3:12-15).
La salvación de nuestro espíritu es eterno, seguro y eficaz (Jn.3:16; 5:24; 10:28-29), desde que hemos creído en el Señor Jesús he invocado Su nombre de coorazón(Ro.10:13). La obtuvimos por la gracia y no por nuestras obras(Efe.2:8). Pero para reinar durante los mil años con Cristo(Apo.20:6), nuestra también necesita ser salva. Para que esto suceda necesitamos cooperar pues mientras más nos neguemos a nosotros mismos en esta era, más creceremos y maduraremos en el vida divina y esta madurez nos calificara para gobernar en el mundo venidero.
Pero si deseamos aprobar en aquel día, nuestra alma necesita pasar hoy por la prueba de fuego, por el sufrimiento necesario para que haya purificación y salvación(1P.1:6-9). Por tanto, es necesario que entendamos que el fuego de la prueba que titula el mensaje de esta semana se refiere al sufrimiento necesario en esta vida para poder purificar nuestra alma, para salvarla, teniendo como fin nuestra madurez, para reinar con Cristo en la vida venidera (4:12-13).
Frente a esto, necesitamos examinar nuestra condición espiritual para ver si todavía estamos "verdes" o ya maduramos lo suficiente. Si somos sinceros y tenemos el corazón vuelto al Señor, percibiremos que es necesarios que nos neguemos más a nosotros mismos y ceder más espacio a la vida de Dios. Sin embargo es necesario, es incomparablemente mejor pasar por la prueba de fuego hoy y negar la vida del alma desde ya, que ser sorprendido por la disciplina del Señor durante su tribunal y tener que pasar por el fuego milenario.
Punto clave: Negarnos de nosotoros para ser aprobados por el tribunal de Cristo.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Por qué es necesario pasar pasar hoy por la prueba de fuego?.
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