El poder del testimonio
"Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la
sangre; y estos tres concuerdas" 1Juan 5:8.
Cuando usted cree que el Señor Jesús es el Hijo de Dios nace de nuevo.
¿Sabe lo que dice la Palabra sobre el que es nacido de nuevo? Dice
que vence al mundo (1Juan 5:4). Pero lo que nos da la victoria es la
fe. ¿La fe en qué? En Jesucristo y esto incluye todos los beneficios,
bendiciones y poderes que su muerte y resurrección nos otorgaron.
Por eso en este día lo invito a leer conmigo el pasaje antes citado de
1 Juan 5:8. Dice que hay trees cosas que dan testimonio en la tierra
y que nos dan poder si creemos en ellas.
1- El Espíritu (que vive dentro de usted)
2- El agua (la Palabra de Dios)
3- La sangre del Cordero (derramada en la cruz)
Usted está habilitado para vencer. El problema es cómo usted puede
reaccionar ante cualquier circunstancia que pueda venir a su camino.
Si usted reacciona como un fracasado, este será su resultado. Pero si
usted cree y acepta estos tres regalos que Dios nos dio a tráves de Su
Hijo Jesucristo, usted tiene la victoria asegurada.
La Biblia dice en Juan 10:10 que el ladrón, Satanás, vino para hurtar,
matar y destruir. Entonces cuándo usted no le está creyendo a Dios
está habilitando a Dios para que opere en su vida.
Por eso mi mensaje en este día para usted es que empiece hoy, si
no lo había hecho hasta ahora, a creer en la victoria de Cristo sobre
Satanás. Recuerde que usted ya es un vencedor, está sellado con la
sangre de Cristo, tiene el Espíritu dentro suyo y tiene la Palabra.
Resista al diablo y huirá de su vida. Él no tiene poder porque ya está
vencido. No le de lugar para obrar. Declare la Palabra cuando vengan
pensamientos negativos. No hay otra vuelta que darle: Usted tiene que
ir de victoria en victoria.
Oración: Padre, en este día creo en el testimonio del Espíritu, de tu
Palabra y de la sangre que derramó tu Hijo Jesús. Ahora sé que tengo la
victoria asegurada y no le voy a dar lugar a Satanás para traerme
pensamientos de derrota y de destrucción. Lo hecho fuera de mi vida
para siempre. En el nombre de Jesús, amén.
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