1783-2933
Vosotros sois la sal de este mundo
La sal era algo muy escaso y por lo tanto muy valiosa en la época del
Señor Jesucristo. La historia cuenta que a los soldados romanos se
pagaban con sal.
El Señor comparó a Sus discípulos con la Sal dando a entender lo
importantes que eran.
De los siervos y siervas que hoy cumplen con el mandato del Señor
Jesús de dar a conocer Su evangelio, podemos decir que hoy en día
son la sal del mundo.
Entre las funciones de la sal:
La sal da sabor, como hijos de Dios nos corresponde darle sabor a
este mundo, a esta vida, hacer de lado la amargura de muchas
personas que tal vez han perdido ese sabor por vivir, ante las
dificultades que enfrentan cada día.
La sal produce sed, si somos considerados sal de la tierra nos
corresponde despertar en las personas la sed de Dios, por qué cuando
logremos despertar esa sed en ellos vendrán a aclamar como la mujer
Samaritana. Señor dame de beber de esa agua, así cuando ellos clamen
se encontrarán con un río de aguas vivas que saltan para vida eterna. Si
alguno tiene sed venga a Mí y beba.
La sal es pura, no permite que ningún microbio viva en ella, el hijo de
Dios debe esforzarse por mantenerse puro, y lleno de santidad
conforme al mandato de Dios.
La sal cura las heridas, como la sal de este mundo nuestra obligación
es llevar la Palabra que sana y cura las herida espirituales de este
mundo.
La sal es preservadora, el Señor entrego Su doctrina a Sus
apóstoles, solo a ellos les permitía conocer y entender Sus verdades
espirituales, para que ellos al recibirlas las preservarán y ordenarán
fueran preservadas. Si somos sal de la tierra nos corresponde
preservar pura la doctrina dejada por el Señor Jesucristo.
"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con
qué será salada? No sirve para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres" Mateo 5:13.
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