Para no vivir en vano
Si consigo evitar que un corazón se rompa, no habré vivido en vano. Si consigo aliviar el dolor de una vida, calmar una pena, o tan sólo que vuelva el pajarillo desvalido a su nido, no habré vivido en vano. Quién hace algo sincera y gratuitamente a los demás, no ha vivido en vano.
Vive en vano solamente aquel que se cierra, estéril, en su egoísmo. Aquel que pasa distraído al lado de quien sufre. Vive en vano el que sólo piensa en acaparar y nunca en compartir.
Nada de lo que haya hecho en favor de los demás será inútil. Al final de su vida lo que de verdad tendrá importancia, será la ayuda que habrá prestado a los otros. En el momento de la verdad solamente los otros constituirán su recompensa.
"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurarle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad las cargas de los unos a los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque el que se cree ser algo, no siendo ser nada, a sí mismo se engaña. Así que cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivos de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su propia carga. El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye". Gálatas 6:1-6.