¿Es mala la ambición?
"Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para
los hombres" Colosenses 3:23.
¿Es mala la ambición? ¿Está mal tener empuje y esforzarse para ser el mejor?
Puede ser. La diferencia entre la ambición correcta y la incorrecta es la
motivación y el objetivo: si es para la gloria de Dios o para gloria personal.
En 1 de Tesalonicenses 4:1, Pablo señala que los creyentes deben "agradar
a Dios" con su vida. Para algunos el deseo de agradarlo es una transformación
instantánea generada en el momento de la salvación, mientras que para otros,
esa transformación está repleta inconsecuencias y vacilaciones. ya sea que el
cambio ocurra en forma instantánea o gradual, , el creyente debe ambicionar
las metas divinas, no las propias.
Por eso, en relación al trabajo, preguntamos: "¿Cómo me ayudará este cambio
de trabajo a servir a los demás y glorificar a Dios?". La ambición espiritual se
enfoca en el Señor y en los demás, y siempre considere los talentos que Él nos
ha dado y cómo desea utilizarnos.
Pablo sugiere que trabajemos "con corazón sincero, temiendo a Dios"
(Colosenses 3:22). Todo lo que hagamos en nuestro lugar de trabajo debe
ser como un servicio para el Señor (v.23).
Glorificamos más a Dios, y nos deleitamos más en Su Persona cuando
trabajamos con fervor y excelencia para Él, no para nosotros; cuando lo
hacemos para servir al Señor y a los demás, no para beneficio personal,
porque Él nos ha dado todo lo que somos y tenemos.
"Nos empequeñecemos al tratar de ser grandes"
Pastor Jaime Batista Cortes
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